Pandemia y educación: ¿La guerra ha terminado?

El capital humano en el mundo ha sufrido un gran deterioro causado por el covid, con más impacto en algunos países, lo que contribuirá a la desigualdad social en el futuro cercano

Se publicó hace unos meses el Informe de la Encuesta Nacional Covid-19, que da cuenta de la respuesta de las casas de estudio a la contingencia.

No, la guerra no ha terminado. Los efectos del Covid-19, el que ocasionó la muerte directa de 6.86 millones personas en el mundo hasta el día de hoy, pero también casi cinco millones de fallecimientos adicionales a los esperados, se prolongarán en los próximos años por lo que se refiere a la formación de capital humano. Estos efectos se manifestarán en la escolaridad de las nuevas generaciones y, sobre todo, en los puestos de trabajo a lo que deberían incorporarse. Como siempre, las mayores consecuencias negativas estarán del lado de sociedades y personas que ya tenían una condición vulnerable desde el punto de vista social y económico. Lo anterior es un resumen de la parte diagnóstica de un muy reciente estudio del Banco Mundial con el ambivalente título: Colapso y recuperación. Cómo la pandemia de Covid-19 erosionó el capital humano y qué hacer para recuperarlo (Banco Mundial, 2023). El texto, ya en circulación, es un resumen de lo que en las próximas semanas será un libro completo.

El centro de ese texto es, como puede observarse, el concepto de “capital humano”. Así es que, congruente con ello, y como diría Aristóteles: “antes que discutir, definamos los términos”. De acuerdo con ello, en el estudio del Banco Mundial se indica que dicho vocablo “se refiere a la salud, las habilidades, los conocimientos y la experiencia que las personas acumulan durante toda su vida”. Desde este punto de vista, en el texto se proponen tres objetivos: a) conocer el deterioro que ha tenido el capital humano en el mundo, debido a la pandemia, así como las medidas adoptadas para enfrentarla; b) evaluar el impacto de la pandemia a partir de nuevos datos, individuales y de hogares, en países de ingresos bajos y medianos; c) revisar la literatura disponible sobre el tema.

En el último de estos objetivos se contienen, además, tres acciones a las cuales se pasa revista: las lecciones aprendidas a partir de las políticas adoptadas; descripción de las evidencias disponibles en torno a la eficacia de las acciones ejecutadas; la recomendación de nuevas políticas públicas, de corto y mediano plazo, que puedan coadyuvar en la recuperación de las pérdidas de dicho capital humano.

En cuanto al conocimiento y la experiencia como componentes esenciales del capital humano, los impactos de la pandemia son analizados a partir de lo que se consideran “etapas cruciales del ciclo de la vida”. Estas son tres: las que van de cero a cinco años (primera infancia; las de seis a 14 (edad escolar) y la de 15 a 24 (adultos jóvenes). Por lo que toca a esas dos primeras etapas, y a modo de resumen, se enlistan algunos de los puntos principales incluidos en el estudio:

La escolaridad, como es ampliamente sabido, “es una sólida variable predictiva del éxito en el mercado laboral” y, en países como México, aún continúa siendo una vía de movilidad social. En ese sentido, cualquier pérdida individual de escolaridad se traduce en una marca indeleble por lo que se refiere a habilidades cognitivas y desarrollo socioemocional, esenciales en la primera infancia en calidad de insumos para toda la vida.

Los sistemas educativos de todo el mundo cerraron aulas en esos dos años y medio. Esto ocurrió en 180 países de manera inmediata en marzo de 2020, pero, un año exacto después, el número se elevaba todavía a 94. En la inmensa mayoría de ellos se recurrió a una variopinta modalidad de educación a distancia que acarreó entre sus fallas principales a las siguientes: a) la carencia de internet o de los dispositivos electrónicos correspondientes; b) los adultos (madres y padres principalmente, o hermanos mayores, que funcionaron como tutores) no estuvieron a la altura porque no podían estarlo, no tenían una preparación para ello; c) Todo esto se incrementó en hogares desfavorecidos económicamente. En algunos casos, como lo enfatiza el estudio, “los niños no aprendieron nada durante los prolongados cierres escolares”. En otra parte del texto se dosifica el mensaje pero el efecto es similar: un mes de cierre de escuelas causó un mes de pérdida de aprendizaje en promedio.

Al igual que ha sucedido en algunas economías nacionales, en que el valor del PIB del 2019 aún no se alcanza, no en todos los países se han recobrado los niveles de matrícula en algunos de los tipos o modalidades de dichos sistemas educativos

Todo lo anterior ha tenido y tendrá mayores impactos “en los países con PIB más bajo”. Esto acarrea invitablemente incrementos en la desigualdad social. Particularmente grave es lo concerniente al abandono escolar, en el estudio se afirma: “… los niños con menor escolaridad tendrán menos capital humano, serán menos productivos y ganarán salarios más bajos”.

Por lo que corresponde a la última etapa, la de adultos jóvenes, y que, como se advierte, fueron las más afectados por el deterioro del capital humano, será muy importante implantar acciones compensatorias o remediales en ese grupo de edad. Se trata, nada menos, de las personas que en el 2050 conformarán el 90 por ciento de los trabajadores en edad productiva.

Para los menores de 25 años, en los momentos más intensos de la pandemia, ésta ocurrió en los tiempos en que asistían a la escuela, ya tenían un trabajo o estaban inactivos. En cualquiera de los tres casos, el efecto fue mayor en los hogares menos favorecidos. Entre quienes ya estudiaban o trabajaban, la pérdida o no obtención de conocimientos y experiencias se traducirá, inevitablemente, en una disminución de ingresos económicos individuales y, más tarde, se reflejará en las tasas más bajas de ingreso nacional, así como —lo más grave— aumentos en la desigualdad social, factores que en el estudio se califican como “una combinación explosiva”.

En el caso específico de quienes ya trabajaban, la pandemia acarreó una pérdida o disminución en el empleo con tasas que se elevaron hasta un 11 por ciento de desocupación total en el grupo de edad en uno de los países analizados (Filipinas). Aunque el estudio indica un remedio para esa pérdida, aumentos en la tasa de escolaridad (por ejemplo, el joven desempleado que aprovecha para concluir o terminar una licenciatura o un posgrado), la experiencia de un “trabajo práctico” resulta un aprendizaje insustituible.

Comentarios:
Los fallecimientos en México respecto al Covid son (OMS), hasta marzo del presente año de 333 mil personas. Junto con ello, y también con la OMS, la parte correspondiente al indicador “exceso de muertes” (aquellos fallecimientos por Covid, pero que no fueron notificados como tales, así como los relacionados con otras enfermedades pero que no pudieron ser atendidos por saturación del servicio) se elevaron a 300 mil en abril del año pasado (según BBC News Mundo, 5 de mayo de 2022).

De acuerdo con datos de la OCDE (septiembre 2021), dentro del informe correspondiente a 30 países, México fue el que cerró aulas en educación básica durante más tiempo: 250 días. En contraste, el promedio dentro de dicha organización se situó en 100 días. Empero, un aspecto positivo incluido en el estudio del Banco Mundial se refiere a que, de los países ahí considerados, sólo en tres de ellos “el empleo juvenil se había recuperado por completo y superado los niveles prepandemia”. Esto sucedió en Brasil, México y Turquía.

Como se sabe, en esos 250 días, nuestro país hizo frente a la emergencia con un programa específico transmitido por televisión: “La escuela en casa”. Aunque en el estudio se concluye, en términos generales, sobre el escaso valor de dichos programas, en virtud no sólo de su propio diseño y alcance de transmisión, sino de las fallas ya anotadas, aún no se tiene un diagnóstico serio sobre los resultados obtenidos en dicho programa.

En la educación superior, Anuies y la Subsecretaría de Educación Superior (SEP) emprendieron desde los primeros momentos de la pandemia un proyecto: “Las instituciones de educación superior frente a la emergencia sanitaria”. Uno de los esfuerzos realizados conjuntamente es el Informe de la Encuesta Nacional Covid-19, publicado hace unos meses. Allí, refiriéndose a las funciones de docencia de las IES, se reconoce que la transición hacia sistemas virtuales evidenció muchos de los problemas o carencias preexistentes que, en esa coyuntura, se volvieron críticos. A esto se le suman las deficiencias encontradas en los programas que lograron difundirse por parte de las instituciones, principalmente aquellas relacionadas con los hogares y sus tecnologías disponibles. La encuesta significó una tarea enorme y representativa que involucró a 485 IES y 273 mil estudiantes. Los resultados, como ahí mismo se indica, constituyen una base valiosa para el eventual diseño de políticas públicas en ese ámbito. Tal como se menciona: el Informe, derivado de la encuesta, “deja muchas lecciones que será necesario aprovechar responsablemente para enfrentar y superar los problemas identificados durante esta compleja coyuntura”.

El crecimiento económico del país aún no alcanza el nivel que tuvo en 2018. Los retrocesos del PIB en 2019 (0.2) y 2020 (8.1) sólo serán compensados (si todo va bien) hasta el tercer trimestre de este 2023. Tal circunstancia, que se refleja en las finanzas públicas y en programas prioritarios deberá tomarse en cuenta para los programas compensatorios o remediales que será necesario emprender con premura, tal como ya fue mencionado. Este incluye el diagnóstico del programa La Escuela es Nuestra.

Finalmente, como lo remarca el estudio del Banco Mundial, la pandemia produjo un verdadero colapso del capital humano y, de no remediarse, esto significará una bomba de tiempo para los países. Pero también, en él se introduce una nota o invitación optimista para ministerios y entidades públicas de educación, así como para universidades e IES: “la tarea de transformar el colapso en recuperación debe comenzar hoy”.

Sobre la firma
Ex secretario general ejecutivo de la Anuies | capafi2@ hotmail.com | Web

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