Descubrimiento o no, el 12 de octubre es una de las fecha más relevantes en la Historia; el día que nos mostró que estábamos incompletos

La raza se reconoce a sí misma como raza. La banda, el pueblo, la plebe sin pudor ni prurito, se asume como tal y con orgullo; aunque exista una “vertiente progresista” que considere que el término es ya más bien anacrónico.
Hace unos días, durante una comida familiar, mi hermano decía “están bien ricas las gorditas, ¿verdad? Monse (mi sobrina), las descubrió”. Entonces pensé, “las gorditas siempre han estado ahí”, pero es verdad, al igual que mi sobrina, acostumbramos considerar con bastante gozo que, “descubrimos” una taquería o un restaurante o un puesto de quesadillas, no porque antes no hubiese estado y ahora sí, sino porque para nosotros es un lugar nuevo. En la vida cotidiana, acostumbramos a intercambiar el concepto “encontrar” por el de “descubrir”.
Hace algunos ayeres, al regresar de una estancia académica en Madrid, algunos de mis compañeros cuando relataban su experiencia de intercambio, solían utilizar la frase: “es otro mundo”. Usualmente me llamaba la atención esta expresión por considerarla exagerada. Hoy día los códigos culturales-civilizatorios, los usos y costumbres, son prácticamente los mismos o tienen sus semejantes en las distintas naciones a partir de que Colón llegó con sus embarcaciones a esta parte del globo.
¡Eratóstenes, las sombras nos dan luz! Sabemos que hace más de 2,200 años este ilustre filósofo y matemático griego, Eratóstenes de Cirene, calculó con gran precisión —a través de la medición de las sombras proyectadas por dos obeliscos en distintas ciudades— las dimensiones de la circunferencia terrestre. Colón no descubrió la redondez del globo, fue Eratóstenes.
Más cercanos y con mayor influencia en el navegante genovés, encontramos —en blanco y negro— testimonios de lo esférico del planeta al interior del Opus Maius (1267) y del Imago Mundi (1410), de Roger Bacon y de Pierre d’Ailly, respectivamente.
Como humanidad no podemos dejar de señalar el 12 de octubre como una fecha relevante en la Historia, algunos dirán que fue el inicio del más grande saqueo de un imperio, el inicio de un genocidio, la destrucción de culturas, lenguas y pueblos. Se puede decir que la historia se escribió con la sangre de nuestros antepasados nativos, que cuando llegaron los colonizadores —a la Galeano— ellos traían La Biblia y nosotros teníamos la tierra, con los años fue al revés, ellos se quedaron con la tierra y nosotros con La Biblia.
Todo lo anterior es cierto, pero también es cierto que estábamos incompletos, ni uno ni otro hemisferio tenía un conocimiento completo de como es el mundo. Desde hace algunos años, me ha llamado mucho la atención el último versículo del Salmo 22 que dice: “Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto”. Cuando Colón llegó a este lado del orbe, un nuevo mundo, pueblos, naciones enteras estaban por nacer.
Hace un par de años, por estas fechas dedicamos nuestras líneas a elaborar una breve semblanza sobre la fundación de Tenochtitlán. Recordamos como algo de lo más interesante, el paralelismo del éxodo judío con el del pueblo tenocha. 40 años vagó Moisés en el desierto desde su salida de Egipto hasta las tierras de Canaán, pero el éxodo mexica se calcula en 210 años, desde su salida de la mítica Aztlán en 1116, hasta la fundación de Tenochtitlán en 1325.
Insistimos, en lugar de volverle la espalda a la Historia y derruir la memoria de Colón, desde aquí optamos por la remembranza constante de nuestro devenir. Descubrir como estaban configurados los distintos pueblos anahuacas, cuales eran y siguen siendo las facultades toltecas, en suma, cuál era o es la cosmovisión mesoamericana.
Con el advenimiento de los europeos a estas tierras, llegaron animales, pugnas, telas y conceptos; como la lucha entre el materialismo y el idealismo. Después de la larga noche de los 500 años, hemos tenido el valor de rescatar conceptos propios como el “tonal” y el “nahual” ¿Son lo mismo? ¿Sólo se parecen? ¿Son más profundos?
Valgan estas tropezadas líneas para señalar la relevancia de este día, pues hace 530 años inició una historia, tan apasionante que, aún seguimos contando.
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