John Leguizamo: el arte de deseducar 

En su especial de comedia Y la historia latina para idiotas, el actor colombiano-estadunidense destruye mitos históricos

Mediante el humor, el actor busca cambiar nuestra perspectiva sobre lo que nos han enseñado en las escuelas.

A los que estuvieron antes.

Así como los chilangos tienen la peculiaridad de distinguir al interior de un edificio que se sacude, si es porque está pasando un camión o el movimiento se debe a un sismo, cada población tiene sus peculiaridades, incluidos los latinos en Nueva York, veamos. 

En Netflix está disponible un especial de comedia muy singular, es de ese tipo de entretenimiento que no tiene desperdicio, y en el cual, al final uno termina con tantos datos y con un panorama histórico fortalecido, nos referimos a Y la historia latina para idiotas (2018) del actor y comediante colombiano-estadunidense John Alberto Leguizamo.

Leguizamo lo advierte desde el principio del especial, su propósito es derruir (derrotar) la educación del auditorio —aquello que les han enseñado—, así como su actual forma de pensar, en especifico, de pensarse “a sí mismos” desde la latinidad. Para ello, ocupa como hilo narrativo el acoso escolar y pone en crisis el sistema de educación pública de Nueva York.  

La educación pública norteamericana —al menos en Nueva York— afirma categórico Leguizamo, ha invisibilizado los aportes que han hecho los latinos en la construcción de la Unión Americana. Como medida compensatoria, el actor se autoproclama “erudito del ghetto” y aporta datos súper interesantes para la revalorización de la comunidad latina.

De acuerdo con Leguizamo los latinos en Estados Unidos, hasta 2018 sumaban 70 millones, quienes generan cerca de 2.3 billones de dólares para la economía de este país. Si conformaran una nación, serían la octava economía del mundo; no obstante, los latinos representan el grupo étnico con la mayor tasa de deserción escolar en Norteamérica. 

En la Historia, Leguizamo afirma que 10 mil latinos lucharon en la guerra de las 13 colonias, para independizar a Estados Unidos. Tiempo después, 200 mil latinos lucharon en la guerra civil de Norteamérica. Mientras que 300 mil latinos hicieron lo propio al pelear en la Primera Guerra Mundial y 500 mil en la Segunda, evidentemente, como parte del bando estadounidense.  

En general, el latino es la minoría étnica más condecorada en todas las guerras de Estados Unidos y, de hecho, es la única minoría étnica que ha peleado todas las guerras de este país, desde su independencia. A pesar de ello, los latinos actualmente representan el 40% de la población en las cárceles de la Unión Americana (lideran el rubro) mientras que son víctima a del 60% de los crímenes de odio.

Cuando Estados Unidos invadió Irak (2003) después de los eventos del 11 de septiembre, estudiaba en Madrid; en alguna ocasión, mientras en clase se hablaba de política internacional, escuchaba a un compañero (español) decir: qué más da que los americanos (refiriéndose a los gringos) vayan otra vez a la guerra, si los soldados que mueren son mexicanos y latinos. 

Escuchar afirmar que tu pueblo, tu raza es carne de cañón es fuerte, pero saber que es verdad lo es aún más. A pesar de ello, como comunidad, ser objeto del ¡60% de los crímenes de odio! Es la injusticia absoluta.

Pero si vamos más atrás en la Historia, en este pedagógico “stand up”, Leguizamo nos comparte que de los cerca de 75 millones de americanos que poblaron estas tierras antes de la Conquista, sobrevivieron poco menos de 3.7 millones. 

Esta defensa del orgullo étnico, Leguizamo calibra la serendipia de Cristóbal Colón de la siguiente forma: decir que Colón descubrió América es como decir que descubrí tu cartera en el bolsillo trasero de tu pantalón y ahora es mía. Una elegante y cómica forma de referirse al hurto histórico, el cual, valúa en 500 mil toneladas de oro, algo equiparable a 32 billones de dólares. Capital con el cual, en siglo XVII se financiaron tres imperios: el español, el francés y el otomano.

Desde ese periodo histórico, las obras de arte mesoamericanas hechas en oro, fueron destruidas para hacer monedas, entonces el arte hecho por los pueblos indígenas desde ese periodo, se le ha dado el trato de mera artesanía. 

El especial en cuestión es fundamental en un espacio y en un tiempo donde los latinos son estigmatizados en Estados Unidos por drogas y violencia (como si fuera lo único que hemos aportado), por lo que es valioso recuperar la dignidad nativa. 

Parte de las fuentes documentales a las que alude Leguizamo son, por ejemplo, La otra historia de Estados Unidos, de Howard Zinn; 1491: Una nueva historia de las Américas antes de Colón, de Charles Mann y; por su puesto, Las venas abiertas de América latina, de Eduardo Galeano. Los datos hay que tomarlos con cautela (es un especial de comedia) aún así nos ofrece una perspectiva diferente sumamente necesaria y enriquecedora para estos tiempos, para esta época.

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