
Alcanzar y mantener un comportamiento impecable era el fin último de la pedagogía tolteca, de la cual abrevaron los mexicas al fundar México Tenochtitlán, este concepto ha sobrevivido por cientos de años a través del difrasismo nahua “in ixtli in yolotl” que literalmente alude al rostro y al corazón, pero que en el sentido figurado subraya más bien la personalidad (el ser, el sentido, la visión, la faz) con la que asumimos lo que llamamos vida.
Ixtli puede traducirse también como “ojo”, adquirir la visión es sinónimo de sabiduría: pasar de una visión borrosa a una visión aguda. Los sabios son los que “pueden ver”, decían los mayas, según nos cuenta Juliana González Valenzuela en su ensayo “El filósofo” parte de la obra editada por la UNAM sobre uno de sus grandes eméritos “Miguel León-Portilla. A 90 años de su nacimiento”.
A propósito de la UNAM, su Observatorio de Realidad Virtual Inmersiva, se llama “Ixtli” y funciona desde 2004, en fin, ixtli -según documenta Ana María Valle en “Rostro y percepción, un hablar poético. O reflexiones sobre Ixcuitia.nite, palabra náhuatl que significa ‘Educación’”, recopilado por el COMIE- puede emplearse para designar “el ojo, el rostro” o, con un análisis más cuidadoso, la percepción cuando alude a procesos de conciencia. Más aún, Ixtli, como rostro y percepción, no contiene ningún ego porque el mundo -según esta visión- se percibe por las palabras que lo conforman.
La palabra muro no es un muro
Pero puede ser más muro que el muro
Cuando no hay muro
Además, Ixtli es el entendimiento de que se recrea el mundo en cada momento, es conocer el mundo co-naciendo, pero la visión nos puede dejar mudos, entumidos, eufóricos acaso, la visión sería espuma sin un motor, un puerto, un temple, un corazón maduro.
Yolotl
Cambiar la forma de ver el mundo, igualar nuestros pensamientos con nuestra conciencia, son actos íntimamente ligados al concepto “in ixtli in yolotl”. El rostro-corazón maduro es aquel que “va en pos de algo”, que tiene un fin o meta vital, que se dirige hacia la verdad de sí mismo, según documenta González Valenzuela. En náhuatl estas palabras tienen una gran riqueza semántica. In yolotl puede traducirse como “corazón” y alude a la vitalidad, conocimiento, tendencia y afección.
Si se me permite una libre traducción podríamos decir que nuestro concepto de hoy, se refiere de cierta forma a “lo que ve el corazón” de forma habitual. Recordemos que, Educación en náhuatl se dice “ixcuitia.nite” que literalmente significa “hacer que alguien adquiera percepción” o “hacer que alguien adquiera un rostro”. Enseñar a asumir la vida a nacer con ella.
Celebrar la grandeza de México
Es natural que, ante el onomástico de la larga noche de los 500 años, de manera conjunta volvamos la vista a nuestras raíces precolombinas, nos cuentan ahora de un lanzamiento que está próximo y que buscará revalorar la identidad nacional a través de sus poderosas iconografías con un método didáctico y lúdico, se trata del sello Metate quien tratará de resignificar -en un primer momento- el tradicional juego de la Lotería.
El molido de este Metate, con el lema “in ixtli, in yolotl”, se nutre del talento de artistas mexicanos que están construyendo un catálogo de juegos, personajes e historias que inspiren a las nuevas generaciones. Lo que subyace y emociona de este proyecto es que justamente se busca dotar de un rostro y un corazón, si en un contexto cosmopolita, pero a partir de una identidad bien definida.
Hemos tenido la oportunidad de apreciar algunos de los trabajos que saldrán próximamente y en realidad son obras alucinantes que, combinan investigación, dirección creativa y un enorme talento por parte de los artistas.
En este primer saque, la Lotería de Melate en lugar de los símbolos importados por la tradicional lotería francesa, incluirá 64 cartas con los ingredientes esenciales de la cultura mexicana plasmados por el artista plástico mexicano José María Juárez Luévano. Estaremos atentos a estos proyectos que fortalecen muestro carácter nacional en una época que nos llama a construir nuestra historia.