Tambuco cierra con broche de oro la celebración de El Colegio Nacional

El concierto Los compositores de El Colegio Nacional incluyó obras de Carlos Chávez, Mario Lavista y Gabriela Ortiz

El presidente en turno de la institución, el antropólogo Claudio Lomnitz, dio la bienvenida al recital celebrado en el Anfiteatro Simón Bolívar del Colegio de San Ildefonso.

La obra musical de tres compositores miembros de El Colegio Nacional “cerró con broche de oro” la semana de festejos organizada para celebrar los 80 años de existencia de la institución. En el Anfiteatro Simón Bolívar del Colegio de San Ildefonso, el ensamble Tambuco ofreció el concierto Los compositores de El Colegio Nacional, en el que interpretó obras de los compositores Carlos Chávez, Mario Lavista y Gabriela Ortiz.

Con este recital, al que acudieron más de 200 personas “cerramos con broche de oro esta semana que llevamos celebrando los 80 años que cumplió, el 15 de mayo, El Colegio Nacional. Es una alegría, una emoción, que este evento se realice en este recinto”, afirmó el presidente en turno de la institución, Claudio Lomnitz, al dar la bienvenida al concierto, también transmitido a través de las redes sociales de El Colegio Nacional.

Lomnitz afirmó que el tamaño del ensamble Tambuco imposibilitó llevar a cabo el concierto en el Aula Mayor de El Colegio Nacional, sin embargo “hubo la idea muy feliz, muy afortunada, de hacerlo en este lugar, que fue la Escuela Nacional Preparatoria, el lugar de origen de la enseñanza moderna en México”.

Una feliz coincidencia más se sumó con el mural “La Creación”, que adorna el espacio y que fue, pintado por Diego Rivera, “uno de los miembros fundadores de El Colegio Nacional”.

“Es una escuela que fundó Benito Juárez después de la intervención francesa, y después de haber cerrado la vieja Universidad de México, por ser un espacio dominado por el pensamiento clerical, se estrenó entonces la Escuela Nacional Preparatoria de donde saldría, después, la Universidad Nacional Autónoma de México, como un espacio, se podría decir, más ilustrado, más científico y también más abierto a la creación en toda su dimensión”, dijo el antropólogo social.

El presidente en turno resaltó la importancia de la obra de estos tres compositores para la música mexicana, en especial la de Mario Lavista, cuya familia acudió al concierto. “Estamos realmente muy emocionados de recibirlos: el maestro Mario Lavista fue un compositor profundamente admirado en México y en el mundo, y además profundamente querido por todos los que tuvimos la suerte de conocerlo, es una figura realmente querida y extrañada”.

Antes de iniciar el festín musical, Ricardo Gallardo, director artístico del ensamble Tambuco habló del orgullo que representó para la agrupación formar parte de las celebraciones de la institución: “Nos honra, además, celebrar con música, y con música que ha sido creada por los miembros de El Colegio”.

Gallardo se refirió entonces al estreno en la Ciudad de México de Liquid City (2014), de la compositora Gabriela Ortiz, recientemente ingresada a El Colegio Nacional. La pieza, señaló, “forma parte de una obra más grande titulada Liquid Borders, o fronteras líquidas, de Gabriela Ortiz, en este caso, ella trata de plasmar un sonido urbano”.

La intención de Ortiz, agregó, fue crear un sonido “que describe no solamente las fronteras que existen entre país y país, y que son líneas en los mapas, que básicamente hacen que terminen los derechos de uno para que comiencen los derechos de otro, entre otras cosas, o para sentirse diferentes del otro, pero no solamente ocurre entre fronteras políticas, geográficas, también en la ciudad tenemos fronteras no trazadas por rayas, pero si trazadas de formas más crueles a veces y estas son las fronteras económicas”.

El recital de Tambuco continuó con “Danza isorrítmica” (1997), de Mario Lavista. Sobre su compositor, Gallardo señaló que “no existe nadie que se dedique a la música en nuestro país, más específicamente a la música de concierto, que no haya sido inspirado o motivado por el entusiasmo, la bondad y la sabiduría de Mario”.

“Han sido legendarios los conciertos o las series de conciertos que él organizó en el marco de El Colegio y ciertamente deseamos, hacemos votos porque esta tradición de encontrarse en los conciertos de El Colegio continúe por otros 80 y otros 160 años más”, agregó.

La pieza de Lavista, explicó, “desde el momento que terminó de escribirla le dio la vuelta al mundo; empezamos a tocar esta pieza y es una pieza que se había ganado ya, desde el principio, un lugar, un nicho dentro de la literatura, de la música para percusiones y para nosotros es un motivo de gran alegría. Es la primera vez que tocaremos esta pieza sin la presencia física de Mario, pero él está por ahí en alguna de las sillas”.

El ensamble Tambuco —integrado, además, por Alfredo Bringas, Miguel González y Raúl Tudón— ofreció en la última parte dos piezas de Carlos Chávez: “Tocata” (1942) y “Tambuco” (1964). La primera, señaló Gallardo, “nosotros decimos que se escribió demasiado pronto, se escribió en 1941 como un encargo de John Cage a Carlos Chávez”.

El músico estadounidense “le pidió que escribiera una pieza para el grupo de percusión que John Cage tenía, pero este era un grupo formado por percusionistas amateurs, entonces le pidió que no escribiera redobles porque sus músicos no tenían el entrenamiento y, ¿qué hizo Carlos Chávez?: una pieza basada exclusivamente en redobles, pero de gran complejidad, con unas líneas dinámicas amplísimas”, recordó.

Gallardo agregó que “pocas veces hemos interpretado “Tocata” y “Tambuco” juntas, pero es una maravillosa oportunidad de escuchar dos piezas escritas por el mismo compositor; primero, parecen escritas por dos compositores diferentes, pero nos habla de la constante evolución, del no estacionamiento de ideas en un solo concepto, o en un sólo género. Hay 21 años de diferencia entre “Tocata” y “Tambuco” y también hay universos de diferencia”.

Aun cuando el programa no incluyó obra de Eduardo Mata, quien también fue integrante de El Colegio Nacional, el concierto fue considerado un homenaje a él “porque la existencia del ensamble Tambuco, la debemos en gran medida a Eduardo: fue Eduardo quien, en lo personal, logró convencerme para, después de un poco más de 12 años de vivir fuera de México, regresar a México y empezar un proyecto como el de Tambuco”, destacó Gallardo durante el concierto.

De esta manera concluyó una semana de festejos por el 80 aniversario de una institución fundamental para la vida mexicana: El Colegio Nacional. El concierto aún se puede disfrutar, pues, se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.

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