Los problemas del país deben enfrentarse con visión y sentido humano: María Luisa Martínez Sánchez

Para que la investigación pueda impulsar realmente al desarrollo del país, es necesario que cuente con un acompañamiento sólidopor parte de quienes tienen a su cargo las decisiones, opina la ex directora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UANL

La comunidad científica debe proponer alternativas para solucionar las brechas de desigualdad, expresó Martínez Sánchez.

El desarrollo de la ciencia es una gran palanca de desarrollo para cualquier país, pero en sí misma no va a resolver los grandes desafíos que enfrenta la sociedad.
La investigación que se realiza para atender asuntos como la salud pública, la educación, el medio ambiente, entre otros, debe tener un acompañamiento sólido y sostenido de quienes tienen a su cargo las decisiones.

Se trata, apunta María Luisa Martínez, ex directora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), de una labor conjunta que no debe soslayarse.

En entrevista con Campus, la especialista en Dinámica Demográfica y Sustentabilidad Social, así como en Progreso Social y Ambiental, comenta que en esa dirección se deben de tomar las decisiones para un mejor desempeño de la ciencia en el país.

Con enfoque humano
De acuerdo con María Luisa Martínez Sánchez, quien es profesora e investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, “la ciencia en sí misma no determina las políticas públicas del país, pero quienes están al frente de la toma de decisiones gubernamentales en los distintos niveles han de hacerse cargo de esas políticas con el apoyo de las y los científicos del país”, argumenta.

Esta contribución, sostiene, “ha de ser la investigación sobre los problemas que enfrentan los grupos sociales en desventaja, sus causas y sus posibles soluciones. Tiene que ser un gran equipo con visión y sentido humano”.

En ese sentido, comenta, una de las principales aportaciones de la ciencia, “en todas sus ramas, es la formación de investigadoras e investigadores capaces de utilizar las herramientas de la ciencia para comprender las causas que originan los fenómenos sociales, económicos y políticos”.

Bajo ese esquema, dice Martínez Sánchez, quien cuenta con un doctoral binacional UANL-Universidad Pública de Arlington, en Políticas Comparadas de Bienestar Social, la comunidad científica debe “proponer alternativas de solución para disminuir las brechas de desigualdad que aquejan a la diversidad de grupos sociales en nuestro país, con justicia y respeto a los derechos humanos de la población”.

Trayectoria educativa
Con respecto al rol que deben jugar las instituciones de educación superior para atender las desigualdades que persisten en el país, la ex directora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UANL, apunta que este nivel educativo es fundamental para romper esas brechas.

“La educación superior, y quienes hemos tenido acceso a ella, es uno de los elementos fundamentales para el desarrollo de cualquier país, porque los resultados de la aplicación de la ciencia en los problemas nacionales le ofrece a los tomadores de decisiones una visión más clara y efectiva sobre el camino a seguir y lo que cada grupo poblacional requiere para tener una vida digna”.

Por ello, dice María Luisa Martínez Sánchez, quien es evaluadora nacional por el Consejo para la Acreditación de Programas Educativos en Humanidades, las instituciones de educación superior deben estar por encima y trabajar para atender esas desigualdades.

Un escenario que se complica por “la clase social y la ausencia de los requerimientos básicos para acudir a las instituciones educativas, como alimento, transporte, materiales escolares”.

“Por otro lado”, agrega la especialista, “las y los docentes tienen un papel muy importante que jugar en la educación de los distintos niveles. Ellas y ellos también tienen la posibilidad de cambiar el destino de la población escolar”.
Y es que, precisa Martínez Sánchez, los resultados de las investigaciones demuestran que “el ejemplo y la motivación que brinda la figura docente en un aula puede ser la mejor motivación o bien la causa del abandono escolar de algunos niños y jóvenes”.

Mantener opciones
Por ello, enfatiza la especialista, quien fue Consejera Consultiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) durante el periodo 2018-2021, las instituciones de educación superior deben ofrecer siempre alternativas en el acceso y en la permanencia de los estudiantes.

“Como lo hacen ahora, el abrir las puertas para que nadie se quede fuera, con trabajos de preparación y recuperación de conocimientos que no se hayan afianzado en los niveles anteriores, con becas y atención digna, respetuosa y comprensiva del personal docente y administrativo hacia la población estudiantil en los distintos niveles educativos”, señala.

Es decir, hay que trabajar más para que “se analicen las condiciones de subsistencia de los distintos grupos poblacionales y se prepare un piso parejo para lograr las mismas oportunidades para todas y todos, con el mismo respeto a los derechos humanos y a las oportunidades que por el hecho de ser mexicanos merecemos. Iguales: sin distinción de clase”.

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