Para el ex rector de la UV, tanto las universidades públicas como el gobierno han dejado de aportar en la generación de políticas educativas.

La educación superior en México enfrenta un panorama muy complejo. Frente a los grandes retos que enfrenta a nivel internacional, en aspectos como la calidad académica y la equidad, por citar algunos, hay una ausencia de política pública desde el gobierno federal.
Así lo percibe Raúl Arias Lovillo, ex rector de la Universidad Veracruzana, a la que dirigió durante dos periodos y a quien le tocó instalar, en 1997, la primera Junta de Gobierno de esa institución.
En entrevista con Campus, plantea que las instituciones de educación superior han dejado de hacer su labor también en este contexto, sobre todo porque carecen de un liderazgo.
Falta mayor impulso
Para el ex rector de la UV, quien forma parte del Observatorio Ciudadano Integral de Xalapa, en el estado de Veracruz, si bien el actual gobierno no tiene una política definida para apoyar a la educación superior del país, las universidades públicas también han dejado de aportar en este sentido.
“Uno puede darse cuenta que hay un total desmantelamiento de todos los aspectos fundamentales, antes de este gobierno no quiere decir que todo estaba perfecto, había muchos programas que tendrían que haberse renovado, tendrían que observarse como nuevos referentes, en relación con las transformaciones que ha tenido la educación superior a nivel internacional.
“Pero es indudable que, si ahora vemos los distintos temas, uno podría decir, donde uno puede mirar, hay una falta de direccionalidad, una política pública desde el gobierno mexicano, por un lado”, sostiene.
“Pero también observo”, agrega el ex rector de la UV, “que el conjunto de las universidades, al menos las más importantes, las que han sido referentes, están paralizadas, en todo sentido, la misma Anuies no la veo liderando, como en otros años, un proyecto de educación superior que permita orientar a las instituciones de educación superior en todo este proceso”.
En ese sentido, dice, ni las universidades públicas ni las autoridades han hecho esfuerzos comprometidos con sopesar el atraso generado por la emergencia sanitaria.
“No hay un programa que pueda dar cuenta de las transformaciones que se han tenido en el mundo de la digitalización, no hay un programa que permita valorar la urgencia que requieren como la calidad educativa, la transición, de una vez por todas, a una educación híbrida, a la cual tuvimos que entrar de manera forzada por la pandemia, cuando desde hace aproximadamente poco más de 12 años ya se nos anticipaba, desde la Unesco, que la humanidad se estaba transformando con la utilización de herramientas digitales”, cuestiona.
Reposicionar esfuerzos
Al hablar sobre el resto de problemas que no han sido resueltos, Arias Lovillo, quien fue presidente de la Organización Universitaria Interamericana (OUI), apunta que tampoco existe un programa consolidado para actualización y renovación de la planta docente de las universidades públicas del país.
“También tiene que ver con mejorar las condiciones de investigación científica, tecnológica y humanística de las universidades, en fin, donde quiera que uno quiera voltear encuentra el atraso, el desorden, y la falta de coordinación”, argumenta.
“Hay universidades que se están esforzando por salir adelante, puedo citar el caso de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la Universidad de Guadalajara, la Universidad Autónoma de Nuevo León, en algún sentido, la UNAM, pero creo, dos o tres más, pero el resto de las universidades no han tenido una respuesta a los retos que está planteando la coyuntura.
“En un principio, es responsabilidad de cada institución, en segundo lugar, es indudable que el gobierno tiene una enorme responsabilidad, porque si el gobierno abandona, como lo ha hecho completamente, sin visión, con una pobreza extrema al darle la importancia que tiene no solamente la educación superior, sino todo conocimiento que se genera, ahí encontramos una enorme responsabilidad”, apunta el ex rector de la UV.
Por ello, subraya, “la Anuies en otros años ejercía un notable liderazgo para plantear una estrategia en la búsqueda de recursos extraordinarios, que hoy están desapareciendo”.
Con respecto a la falta de recursos, que en los últimos años se han agudizado de manera considerable, Arias Lovillo dice que las exigencias son mayores y no se ha respondido con un financiamiento a la altura.
“Tenemos enfrente una enorme transformación que se está gestando a nivel internacional en las mejores universidades del mundo, y esa exigencia creciente de recursos tiene una respuesta de verdad alarmante porque en lugar de elevar los montos de financiamiento para las universidades, nos encontramos con un proceso de recorte año con año.
“Que no se piense que lo vamos a resolver con las llamadas Universidades del Bienestar que, con todo respeto, como también dicen, no sirven absolutamente para nada, el que apoye un proyecto de esta índole, es que no conoce absolutamente nada de lo que significa una universidad y lo que requiere para generar conocimiento y una educación de calidad”, finaliza.
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