¡No puedo respirar!”. Estas fueron las últimas palabras de George Floyd, el hombre negro que murió asfixiado por un policía blanco en Estados Unidos el pasado 25 de mayo. El caso ha desatado las protestas antirracistas más grandes desde el movimiento de los derechos civiles de los años 60, con manifestaciones de apoyo en todo el mundo.
El movimiento Black Lives Matter empezó en 2013, un año después de la muerte de un joven afroamericano en Florida a manos de la policía, pero ha escalado exponencialmente a partir de la muerte de Floyd. En las últimas tres semanas se han organizado protestas en más de 2 mil ciudades y pueblos de Estados Unidos, según un recuento del periódico New York Times. El movimiento ha enfocado su ira en el uso excesivo de la fuerza en contra de la minoría afroamericana, que ha llevado a un muy desproporcionado número de muertes, equivalentes a 2.5 veces la tasa de mortalidad de los blancos, según cifras oficiales.