Asedio: el ser y el deber ser

Miguel Ángel Vivas ofrece un thriller frenético y dirigido con escalpelo

Natalia de Molina ofrece una gran actuación en el papel de la policía Dani.

Qué afortunado el cine español. No hay género que se le escape sin un realizador extraordinario y, además de su autodependencia, nos regala joyas constantemente que llegan a salas mexicanas. Con Asedio, Miguel Ángel Vivas entra al grupo de cineastas que han producido thrillers de calidad internacional con sensibilidad local.

En el filme, Natalia de Molina interpreta a Dani, una conflictuada policía antidisturbios con problemas en casa. La salud mental de su madre está en las últimas y su trabajo es un imán para el acoso.

La primera secuencia del filme es agobiante: Dani llega con su equipo a desalojar a un viejo de su eterno departamento. Tras resignarse a perder su hogar, el hombre se tira de su piso ante una expectante testigo. Eso, y la presión en casa, ponen a nuestra protagonista siempre al borde del balcón. En este día en especial, la policía llega a un complejo de edificios. El arribo al lugar parece sacada de una secuencia de Black Hawk Downv: jóvenes inmigrantes africanos siguiendo al convoy, asegurándose de avisar de la inminente llegada de la autoridad. Es un augurio de lo que les espera.

Dani y el grupo son recibidos con violencia y prejuicio. Aunque es una novata en operativos de este tipo, la joven parece tener más sensibilidad que los agentes masculinos, pero eso la expone al peligro. Pero sigue las instrucciones de sus superiores pese a estar física y mentalmente abrumada. Asignada a un grupo, Dani se percata de subir a un piso que no es parte del operativo. Y pronto descubre la razón.

Dani, impulsada por el viejo adagio que la ocasión hace al ladrón, toma el dinero de un criminal español justo antes de que sus compañeros entren a negociar con él. Ella se esconde pronto y presencia el interrogatorio ilegal hasta que los policías, cansados de que el hombre no confiese dónde escondió el dinero que les debe, es acuchillado por Trajano (Francisco Reyes), el líder, de una manera en que pueda parecer un suicidio. Pero ella ha grabado todo y es pronto descubierta por el grupo.

Pronto, Dani escapa pero el celular donde grabó el encuentro cae en manos de un chico inmigrante con el que se encontró al principio de la redada. Es así que los policías y Dani se encuentran en una lucha contra el tiempo para recuperar el material que los compromete a todos.

Un filme preciso
Vamos a lo positivo, que es la mayoría. Asedio es un thriller dirigido con escalpelo, preciso, con una actuación monumental de Natalia de Molina, complementada por una fotografía perfecta y un ambiente atmosférico que envuelve a la protagonista en la acción. Los elementos mitológicos y sociales de los inmigrantes africanos que fija Vivas en medio de la narrativa ayudan a darle a la película una perspectiva distinta.

El dilema, es que Vivas abusa de ellos. La película se distrae demasiado en justificar cómo la historia de los inmigrantes aporta a la trama sin parecer abusar del componente social para ser relevante. Falta, además, un poco de justificación y profundidad a nuestro personaje principal para explicar sus acciones pero todo lo demás es lo suficientemente interesante pare mantenernos en vilo.

Sin embargo, Asedio es una oda al thriller, frenética, encantadora
y compleja. Estamos en buenas manos.

Sobre la firma
Director Editorial del Suplemento Campus | Web

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