Relocalización de empresas resolvería interrupción de suministros productivos ocasionados por la pandemia

El acuerdo de la X Cumbre de Líderes de América del Norte –celebrada en México para generar la zona económica más competitiva del mundo– tiene muchas posibilidades de concretarse, si bien en este contexto existe una división regional del trabajo en la que el peor remunerado será el empleo que se genere en el país, precisó el doctor Federico Novelo Urdanivia, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
“La idea es que las grandes empresas trasnacionales se ubiquen en la región. En el caso mexicano se asentarán fundamentalmente en el norte, y con ello se combatirá la interrupción de suministros que ocasionó la pandemia y la política del Partido Comunista Chino de COVID cero”, abundó el profesor de la Unidad Xochimilco.
La falta de suministros paralizó la economía mundial, lo cual generó muchos problemas a la industria automotriz en la zona del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), por lo que la relocalización significará la llegada de inversión extranjera directa muy significativa para la nación, señaló.
El investigador nacional nivel III apuntó que no se cumplió el objetivo político del presidente López Obrador de liderar a América Latina para incorporarla al proceso de integración con el norte; en ello fue contundente la posición de Joe Biden y “la cumbre fue una reunión entre Estados Unidos (EU) y México donde Justin Trudeau fue un testigo de piedra, pues la relación relevante para ambos países es con EU, en tanto que el vínculo entre México y Canadá es más débil”.
Así, habrá un buen saldo para México, incluso en objetivos que no se difundieron como los posibles dos paneles en materia energética e importación de maíz amarillo, lo cual se logró exorcizar porque es un tratado entre gobiernos y no de empresas con administraciones, pues al vecino del norte no le conviene imponer aranceles a partir de una decisión de un panel sobre la reforma eléctrica o sobre la prohibición de importar maíz transgénico.
El profesor del Departamento de Producción Económica de la sede Xochimilco remarcó que en esos temas hay un éxito del gobierno mexicano que no puede hacerse explícito, porque es a costa de sacrificar los intereses de los sembradores de maíz en el estado de Iowa y los comerciantes de energías limpias.
La herencia que carga el presidente Biden de la administración de Donald Trump es una política deliberadamente contraria a los intereses de China, pues trata de reducir su papel en el concierto económico mundial, pero sobre todo a raíz de la guerra comercial y por la inflación estructural no monetaria a la que se quiere combatir mediante medidas monetarias.
“La inflación se debe al embotellamiento en los suministros para una economía global que se va a volver regional, entonces para qué tener un proveedor del otro lado del Océano Pacífico si se puede traer a las empresas para que funcionen en el territorio mexicano con salarios más bajos que los estadounidenses”, consideró el especialista en temas económicos.
La competencia por la hegemonía mundial está operando entre EU y China, y México, “por decirlo con indulgencia, se está alineando con el vecino del norte, no hay autonomía para hacerlo de otra forma, además que esa alineación le servirá a nuestro país para tener beneficios económicos muy significativos”.
En torno al tema energético “es inminente que pronto nos notifiquen que las pláticas fueron suficientes para aclarar el diferendo. En el caso del maíz se aceptó por México en el T-MEC que los cultivos transgénicos formaban parte del capítulo agropecuario, lo cual fue un error”, admitió.
“En términos jurídicos el tratado, que es ley suprema, está debajo de la Constitución, pero arriba de los estatutos locales, no puede primar sobre la Carta Magna, en la que el artículo cuarto indica que una alimentación suficiente y de calidad no sólo es un derecho de los mexicanos, sino una obligación del Estado; el argumento jurídico ahí se resuelve”, explicó.
La cuestión eléctrica es más compleja debido a que el T-MEC se suscribió a cobijo de la reforma constitucional impulsada por Enrique Peña Nieto y establece que los tres países tienen el derecho de cambiar sus constituciones cuando quieran, “pero hay un marco legal en el momento de la firma del tratado y es al que se tienen que atener las partes; por tanto, México llevaría las de perder y se aplicarían aranceles en otras esferas dinámicas de las exportaciones mexicanas”.
La urgencia de Estados Unidos por resolver el problema de la migración y del fentanilo provoca que esas quejas se archiven y no haya posibilidad de llevarlas a un panel, porque México también tendría posibilidades de aplicar algún tipo de sanción en respuesta, pero “lo que se quiere es llevar la música en paz y es a lo que arribaron en esa reunión”
La política estadounidense en torno a la economía que está siguiendo la pauta de la Reserva Federal respecto de las tasas de interés, prácticamente va a establecer una recesión que, por la integración tan profunda entre naciones, “lo que les pase a ellos nos va a pasar a nosotros”.
Si EU tiene una modificación en las tasas de interés pronta, podrá dinamizar el consumo y la inversión, que son elementos claves para el crecimiento de la economía, “pero si continúan a niveles tan elevados, el Banco de México tendrá que moverse en paralelo, pero en cuatro o cinco puntos por arriba y una tasa de interés superior al diez por ciento, como ya la tenemos, hace poco rentables los proyectos de inversión”, finalizó.
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