A la memoria de Julieta Fierro
Desde el inicio de esta administración, la subsecretaria de Educación Básica, Angélica Noemí Juárez Pérez, se ha convertido en una verdadera maestra del pueblo mexicano, en específico sobre uno de los temas más relevantes a nivel global: el rescate del trabajo invisibilizado de las mujeres que han construido civilización y patria; quienes, en muchas ocasiones, han sido heroínas anónimas de la historia.
La maestra Angélica Juárez Pérez ha participado cada jueves en las conferencias de prensa que encabeza todas las mañanas la presidenta Claudia Sheinbaum, en una sección titulada “Mujeres en la Historia”.
En esta sección se han presentado biografías de destacadas mujeres mexicanas. Casualmente, una de las primeras fue Matilde Montoya, la primera doctora mexicana, de quien hablamos hace un par de años (2023) en este mismo espacio.
Además, se ha reconocido la labor de mexicanas muy conocidas tanto en el país como en el extranjero, tales como Frida Kahlo o Elvia Carrillo Puerto; algunas otras representan verdaderas novedades para nosotros. De ahí el valor de esta sección semanal en las conferencias mañaneras desde Palacio Nacional.
En esta oportunidad destacamos las que más han llamado nuestra atención. El pasado 15 de septiembre, durante nuestra fiesta nacional, la presidenta de México mencionó a Manuela Molina, capitana en Temascaltepec, donde tuvo a su mando una tropa y participó en varias batallas.
De acuerdo con la maestra Juárez Pérez, a Manuela Molina se le puede rastrear en el diario de guerra de José María Morelos, “donde, el 8 de abril de 1813, escribió: ‘Doña María Manuela Molina, india natural de Taxco, capitana titulada por la Suprema Junta, esta mujer llevada del fuego sagrado, que inspira el amor a la patria, comenzó a realizar varios servicios a la nación hasta acreditarse y levantar su compañía’”.
Mesoamérica
Guerreras como Manuela Molina las encontramos en nuestro territorio nacional desde la época mesoamericana. Tal es el caso de la mixteca “Ñuñu”, señora 6 Mono, noble de Jaltepec, en el estado de Oaxaca, quien no dudó en entrar a la guerra en la defensa de su comunidad, esto hace mil años, entre 1073 y 1101.
Más al sur del país, la maestra Juárez Pérez también ha destacado la labor política de la mítica Reina Roja, esposa del rey Pakal, a quien se considera guardiana de los libros sagrados que contenían la ciencia de su época, relacionados con la salud.
Revolución
Más adelante en la historia, durante la dictadura de Victoriano Huerta, en la conocida Batalla de Zacatecas, se ha destacado en esta sección la labor de la maestra Beatriz González Ortega, quien transformó la escuela normal de aquella entidad en un hospital para asistir a los heridos, independientemente del bando por el que luchaban.
González Ortega fue una verdadera humanista, quien respondiendo a las necesidades de su época movilizó a sus alumnas y a la población en general para atender heridos, aun poniendo en riesgo su libertad. Concluidas estas reyertas, la maestra González Ortega continuó con su labor docente; de hecho, fue condecorada con la medalla Ignacio Manuel Altamirano por 50 años de servicio docente y, también, con la Medalla al Mérito Revolucionario.
Esta labor encabezada por la presidenta de México y presentada por la subsecretaria de Educación Básica de la SEP es por demás relevante; recordemos que, culturalmente, desde hace algunas décadas la pintora Frida Kahlo se ha convertido en el extranjero en un estandarte nacional.
Pero no solo ello, sino que en los hechos las mujeres en México y en el mundo habían sido marginadas, silenciadas, relegadas y menospreciadas en lo público y en lo privado. De ahí también conocer la labor de mujeres como Elvia Carrillo Puerto, precursora del voto femenino.
Mujeres que, en los hechos, han aportado y aportan en el día a día su talento, esfuerzo y dedicación en fábricas y campos, en el hogar y en el laboratorio, en la sala médica o en el salón de clases. De ahí nuestra siguiente mujer destacada.
Julieta Fierro
La doctora Julieta fue, ante todo, una maestra; quizá por ello muchas y muchos la recordamos por su trabajo de divulgadora científica. De acuerdo con la Gaceta de la UNAM, su padre ni siquiera quería que estudiara una carrera, por considerarla poco inteligente.
En gran medida, este es el hilo que teje las historias de las mujeres que esbozamos brevemente el día de hoy. De cierta forma, esta es la principal seña del héroe: el saberse reponer a la adversidad, el tesón para remontar cualquier circunstancia.
La doctora Julieta Fierro, quien se la pasaba estudiando el “Libro de las alturas”, ahora es parte de él: polvo de estrellas o el pliegue de una galaxia que aún estamos por descubrir. Descanse en paz.

Héctor Martínez Rojas
- Héctor Martínez Rojas
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