Con su nueva designación como Centro Universitario de Incidencia Social, la antes Coordinación de Programas de Incidencia Social, creada en abril de 2020, refrenda el compromiso de la universidad por seguir construyendo opciones para mejorar la vida de la población trabajando de la mano con la sociedad civil

Con personas migrantes y con quienes apuestan por generar nuevas dinámicas de producción y comercialización de alimentos. Con quienes pugnan por lograr ciudades más sustentables y equitativas y junto a quienes luchan por defender los derechos de los pueblos originarios. Acompañando a quienes quieren incidir en el territorio y a quienes buscan reducir la brecha de oportunidades para las personas con discapacidad. Éstos son algunos de los frentes en los que, desde hace muchos años, se ha involucrado el Iteso y que en 2020 quedaron reunidos en la Coordinación de Programas de Incidencia Social (Coincide), instancia que hace unos días se convirtió en el Centro Universitario de Incidencia Social, como una manera de refrendar el compromiso de la universidad por seguir trabajando de la mano con los actores de la sociedad civil en la construcción de una realidad más equitativa.
Durante el anuncio de la creación del nuevo centro, Efraín Jiménez, titular de la instancia, recordó que desde hace muchos años el Iteso ha realizado un trabajo consolidado con campesinos, personas con discapacidad, personas en movilidad, proyectos de sustentabilidad y de economía solidaria. También explicó que hace años se creó un área para articular los trabajos que se hacían desde los programas de Asuntos Migratorios, Intercultural y de Incidencia Territorial, misma que en abril de 2020 se convirtió en la Coordinación de Programas de Incidencia Social, a la que se sumaron nuevos programas, como el de derecho a la ciudad y el territorio, así como el de inclusión y discapacidad. La reciente designación como centro universitario, dijo Jiménez, “es la confirmación de la universidad por seguir construyendo. En un tiempo en el que parece que no hay esperanza por la violencia, las violaciones de los derechos humanos, la destrucción de la naturaleza, nosotros estamos convencidos de que sí hay opciones”.
Además de mencionar a las y los integrantes del equipo, Efraín Jiménez expuso que actualmente el trabajo del Centro Universitario de Incidencia Social gira en torno a los programas de Asuntos Migratorios (Prami), Indígena Intercultural, de Economía Social y Soberanía Alimentaria, de Incidencia Territorial, de Inclusión y Discapacidad, y de Movilidad Urbana Sustentable. Dijo que se realizan tareas de docencia, vinculación, investigación aplicada e intervención social y que todos los proyectos se alinean con las prioridades planteadas por la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal), que buscan fortalecer la identidad, la misión y el liderazgo; el desarrollo de acciones para incrementar la incidencia, un modelo universitario innovador, así como el fortalecimiento de la red de internacionalización.
Alexander Zatyrka, SJ, rector del Iteso, felicitó al equipo del centro y señaló que a lo largo de estos años la comunidad universitaria ha sido testigo “de la consolidación de los objetivos y las apuestas que motivaron su creación, y también hemos visto cómo se han ampliado”. Dijo que la decisión de crear el centro universitario refrenda el trabajo realizado a lo largo de varias generaciones.
Jorge Rocha, director de Integración Comunitaria, destacó el hecho de que la creación del Centro Universitario de Incidencia Social “es una opción inmejorable para que las y los estudiantes tengan un acercamiento a la realidad y conozcan el modo ignaciano de proceder”, por lo que reiteró el apoyo que, desde la dirección a su cargo, se brindará a la nueva instancia universitaria. “El centro es una buena noticia para todos”, dijo.
Trabajar en comunidad
En el contexto del anuncio de la creación del Centro Universitario de Incidencia Social, se realizó una charla en la que representantes de diferentes proyectos que trabajan con los programas de la instancia del Iteso compartieron las tareas que realizan y los retos que enfrentan.
Patricia Espinoza, del Parque Agroecológico Zapopan e integrante del Colectivo Agroecológico Teocintle, compartió el trabajo que hacen para difundir la agroecología y la permacultura en la colonia Santa Margarita, en un espacio que fue recuperado en 2013 y que ahora es un espacio limpio, educativo, que cuida el medio ambiente y que busca “generar y fortalecer redes de organización comunitaria de productores y consumidores para llevar a cabo cambios en los hábitos alimenticios y de consumo”. Ellos trabajan con el Programa de Economía Social y Soberanía Alimentaria.
En el caso del Programa Inclusión y Discapacidad, tomó la palabra Violeta Ascona, presidenta y fundadora del Colectivo Pro Inclusión e Igualdad Jalisco (Copiijal), quien dijo que el Iteso ha estado presente con ellos desde que se creó el colectivo hace seis años. Comentó que trabajan para disminuir la brecha de desigualdad en el ejercicio de los derechos humanos de las personas con discapacidad.
Luis González, director de Dignidad y Justicia en el Camino, AC (FM4 Paso Libre), compartió cómo ha sido el trabajo con el Prami, cuyos integrantes, destacó, “siempre han sido respetuosos de la agencia propia de la organización, no buscan imponerse”. González también puso de relieve el trabajo de formación que se realiza desde los Proyectos de Aplicación Profesional (PAP).
Ubaldo Vázquez, integrante de la Red Ceiwyna, que trabaja con comunidades wixaritari de Nayarit, Durango y Jalisco junto con el Programa Indígena Intercultural, habló de los proyectos que están desarrollando para ofrecer a las comunidades educación básica —en los niveles de secundaria y bachillerato— que además sea intercultural y logre la certificación de las escuelas para mejorar las condiciones laborales de los profesores. Vázquez también compartió la publicación del libro Narraciones de mi comunidad.
En su turno al micrófono, Silvina Razo, coordinadora regional de Emisión 0, habló de la vinculación y la colaboración que desde su colectivo realizan con diferentes actores, como el Programa de Movilidad Urbana Sustentable. Al igual que Luis González, destacó las virtudes formativas de los PAP, de donde están surgiendo “nuevas generaciones buscando ciudades más asequibles e incluyentes”.
María Dolores Krauze, de la parroquia de San Francisco de Asis, en Zacoalco de Torres, compartió los problemas que han enfrentado en la comunidad por el cambio de uso de suelo, que antes se destinaba al cultivo de sorgo, maíz y frijol y ahora está dedicado al cultivo de agave, con las afectaciones ambientales que esto implica. También tomó la palabra Pedro Martel, de la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno Federal, quien destacó el trabajo que están realizando en materia de formación agrícola en la región Valles de Jalisco. En este caso, la vinculación es con el Programa de Incidencia Territorial.
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