La institución manifiesta su consternación, dolor e indignación por el asesinato de Javier Campos Morales, SJ, y Joaquín César Mora Salazar, SJ, así como por el homicidio de la persona que acudió a refugiarse con ellos en el templo de San Francisco Javier

(Comunicado)
El Iteso, Universidad Jesuita de Guadalajara, manifiesta su consternación, su dolor y su indignación por el asesinato de nuestros hermanos jesuitas Javier Campos Morales, SJ, y Joaquín César Mora Salazar, SJ, así como por el homicidio de la persona que acudió a refugiarse con ellos en el templo de San Francisco Javier en Cerocahui, Chihuahua. Este crimen artero comprueba el estado de indefensión y abandono en que se encuentra la Tarahumara, al igual que muchas otras regiones del país que sufren el flagelo de la violencia a manos de la delincuencia organizada, ante la incapacidad del Estado mexicano para garantizar la seguridad y la paz a la población.
Nuestra Universidad suma su voz a la de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús y a las obras a ella confiadas, así como a todas las voces que promueven la justicia en México, para exigir soluciones viables y duraderas a una situación que no se debe seguir normalizando ni tolerando. La sociedad mexicana vive, desde hace mucho tiempo, en una permanente aflicción ocasionada por la inseguridad y la violencia. Desde Jalisco, la entidad con el mayor número de personas desaparecidas, sabemos que esta crisis afecta a incontables familias en todos los sectores de la sociedad, en especial a los más desfavorecidos, y reclamamos una intervención seria y expedita de las autoridades, en todos los órdenes de gobierno, para restituir las condiciones indispensables que permitan garantizar la seguridad de toda la ciudadanía.
Exigimos también a las autoridades que sean entregados los cuerpos de nuestros hermanos asesinados, a fin de poder darles cristiana sepultura y honrar su memoria, sentidamente reconocida por la comunidad a la que sirvieron.
La empatía con las víctimas de estos hechos, y también con todos aquellos que sufren cada día por la violencia en todos los rincones del país, nos alienta a redoblar esfuerzos por colaborar en la pacificación de nuestro presente para construir un futuro de justicia y dignidad para todas las personas. Queremos que ya nadie tenga por qué sufrir una tristeza como la que sentimos hoy.
Agradecemos las numerosas muestras de solidaridad que han tenido lugar ante estos hechos, y esperamos que la indignación que hoy mueve a la sociedad fructifique en acciones decididas para que se haga justicia. Estas muertes, como las de cientos de miles de víctimas de la violencia en los años recientes, no pueden ser en vano.
En su misión formadora de hombres y mujeres que trabajan por un mundo mejor, el Iteso tendrá siempre presente el ejemplo de los padres Joaquín y Javier, que dedicaron sus vidas a ayudar a los demás.