El asesinato de Carlos Manzo, presidente de Uruapan, el pasado 1ro. de noviembre, se convirtió en un acontecimiento nacional, e inclusive con resonancia en varios países. De tal dimensión que la Presidenta de la República ha tenido que “salir al quite” para atenuar el impacto político que le correspondía originalmente al Gobierno estatal, pero también para hacer frente al enorme desafío de la delincuencia organizada, así como para un eventual control de daños provocado por la ineficacia preventiva en que incurrieron los gobiernos federal y de la entidad federativa.
El Plan Michoacán por la Justicia y por la Paz (contenido en 79 láminas de un PowerPoint), es el tercero en dos décadas, presentado nueve días después del acontecimiento. Si el problema es esencialmente la seguridad de la población, el Plan se compone, según afirma la Presidenta, de una estrategia y acciones que permitan alcanzar aquella y, al mismo tiempo, todo un conjunto de propuestas en materia de desarrollo y bienestar.
De los doce ejes de que consta el Plan, seis de ellos se refieren a la educación y a la juventud. Los recursos asignados específicamente para todo el conjunto ascienden a casi 60 mil millones de pesos, 2,450 provenientes del gobierno estatal. Tal como lo expresó la Presidenta, “se trata de una estrategia integral que parte de una convicción profunda: la seguridad se sostiene con estrategias, acciones y justicia; garantizando los derechos del Pueblo en Michoacán y del pueblo de México a la educación, la salud, el acceso a la vivienda y el empleo digno, es decir, desarrollo con justicia y bienestar”.
La cuestión de la delincuencia organizada en Michoacán tiene una expresión cuantitativa ineludible: de 827 homicidios en 2012 se llegó a 1,632 en 2024. El descomunal crecimiento del delito resume la tragedia que en materia de seguridad tiene toda la población y no sólo los productores de limón, aguacate y frutos rojos. Se extiende a la política, a la gobernabilidad, por tanto, a quien ose oponerse a esos factores reales de poder, como sucedió con Bernardo Guevara (líder limonero) y Carlos Manzo en un lapso de tres semanas. Se vive lo que algunos analistas llaman ahora “erosión democrática”; un fenómeno que se presenta cuando el Estado es “reemplazado por estructuras criminales con legitimidad social” (Informe Krame). De allí uno de los aspectos positivos del Plan: abordar el problema de la seguridad conjuntamente con las acciones de desarrollo social y económico. El primero es absolutamente prioritario y condicionante de las segundas. De ahí el fracaso en los dos intentos similares de 2007 y 2013.
Seis de los doce ejes de que consta el Plan están dedicados a la educación y a la juventud. Por lo que toca a la primero, sobresalen las acciones de otorgamiento de becas y de ampliación de matrícula en las instituciones de educación superior. Así, los programas Rita Cetina y Gertrudis Bocanegra tendrán 314 mil y 80 mil beneficiarios, respectivamente. Por lo que corresponde a los segundos, el Plan apunta la apertura de 50 mil espacios ¡un 17 por ciento adicional! a lo que en el Programa Sectorial de Educación se tiene como meta nacional. Entre las instituciones que deberán recibir una mayor matrícula están todas las federales (Tecnológico Nacional, Tecnológicas y Politécnicas, Benito Juárez, Intercultural, Rosario Castellanos), así como la propia Universidad Michoacana y las Unidades de la UNAM ahí establecidas.
Por lo que corresponde a los cinco ejes restantes, que se dirigen total o parcialmente a la juventud michoacana, están los siguientes con sus más importantes acciones:
Creación de empleos. 25 mil espacios para Jóvenes Construyendo el Futuro. De éstos, 1,500 en Uruapan.
Atención a jóvenes. Enfrentar las adicciones, con una frecuencia de 24/7, contra intoxicaciones agudas; abrir hasta 35 espacios de internamiento, si fuese el caso.
Impulso al deporte. Erección de diez centros deportivos, uno de ellos en Uruapan.
Cultura. Una ampliación en los apoyos para los artistas (3 mil para locales y 10 mil para comunitarios).
Mujeres. Se otorgarán 50 mil créditos a la palabra.
Comentarios
El Plan, como ya se expresó, es un PowerPoint de 79 diapositivas que ofrecen, tanto una visión general, como aspectos de detalle. No fija un horizonte temporal de aplicación ni señala metas intermedias en sus más de cien acciones ahí contenidas. No define objetivos generales ni formula un diagnóstico. Los pocos días que mediaron entre el asesinato de Manzo y la presentación del documento (nueve) seguramente explica esas insuficiencias.
Una duda sobre la trascendencia: ¿por qué no se elaboró como un Programa Especial o Regional derivado del Plan Nacional de Desarrollo? Una manera de reafirmar sus propósitos sería proceder en tal sentido, de acuerdo con lo previsto en la Ley de Planeación (artículos 27 a 32). Particularmente cuando se tienen aspectos positivos como la integralidad ya mencionada.
La situación que priva en Michoacán no es excepcional. Está instalada plenamente en varias entidades de la República. Sería importante examinar la conveniencia de replicar el Plan en algunos otros estados. Por lo tanto, Michoacán serviría como una especie de piloto. Una oportunidad para que el Gobierno Federal interactúe coordinadamente con las entidades federativas y municipios.

Carlos Pallán
Ex rector de la Universidad Autónoma Metropolitana (Unidad Azcapotzalco), Ex secretario General Ejecutivo de la Anuies.
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