Se trata de una de las primera fábricas que hubo en nuestro país en donde nació la historia empresarial de México, señala el autor, Salvador Cárdenas Gutiérrez
La Universidad Panamericana llevo a cabo la presentación del libro El Obraje de Mixcoac en el siglo XVIII, obra escrita por el Dr. Salvador Cárdenas Gutiérrez, profesor investigador en la Facultad de Derecho y cuya reimpresión estuvo a cargo del Dr José Antonio Lozano Díez, presidente de la junta de Consejo UP-IPADE y académico de la Facultad de Derecho y de la Escuela de Gobierno y Economía y la maestra Maite Lot Goicuría. miembro investigador e integrante del Comité Editorial de Publicaciones de esta casa de estudios.
Estuvieron presentes también la Dra. Fernanda Llergo Bay, Rectora General de la Universidad Panamericana y el IPADE; el Dr. Santiago García Álvarez, rector de campus México. En su mensaje, Salvador Cárdenas Gutiérrez, autor del libro señaló que “El Obraje de Mixcoac, junto con el antiguo Obraje de Colón, fueron las primera fábricas que hubo en nuestro país. En el obraje de Mixcoac nació la historia empresarial de México, uno de los más importantes en el siglo XVIII. Esta fábrica de telas y paños se alejó del modelo corporativo artesanal y doméstico para dar paso a una naciente industria textilera”.
En ese tiempo, señaló Cárdenas Gutiérrez, “la empresa era aliada de las cárceles. En las cárceles les costaba mucho dinero mantener a los detenidos, entonces decían, estos que beben dinero, pues que se vayan a trabajar al obraje. Por tanto, aquí en el obraje se cometieron muchas injusticias, por falta de protección jurídica y de explotación.”
Ahora lo veo con toda claridad, dijo el autor, “este lugar necesitaba un acto profundo de desagravio y se llama formación universitaria. El edificio está perfectamente justificado, porque después de haber sido lo que fue, un obraje, ya lleva más de 56 años siendo la sede de un lugar donde se forman alumnos en una línea de conocimiento comprometidos con el rigor científico, con los valores y con la tecnología”.
En una amena narración, Salvador Cárdenas, compartió los motivos por lo que escribió el libro y agradeció el apoyo recibido, “fue a petición del vicerrector, el Dr. Salvador Mier y Terán quien me impulsó y me abrió la puerta al trabajo de la investigación, a Guillermo Porraz Muñoz, mi mentor, me motivó y me enseñó el arte de adentrarse en la historia”, también agradeció el apoyo de su esposa y de sus queridos alumnos.
En su intervención, el Dr. José Antonio Lozano compartió la cita de Octavio Paz: “La libertad no necesita echar alas, lo que necesita es echar raíces”. Esta casa de estudios, indicó “tiene un edificio con identidad, con un escudo heráldico, que le da personalidad.
“Hoy quizás ya podemos empezar a entender un poco más, con la digitalización del mundo, con la inteligencia artificial, que ésta es una era más bien de artificialidad. Cambios culturales que se han presentado en los últimos 30 años suponen mayor profundidad antropológica, hemos cambiado más como personas de lo que lo habíamos hecho en más de 200 o 250 años. Estamos enfrentando un momento de cambios profundos y todos los cambios traen crisis antropológicas de lo que está pasando en las personas.
El Dr. Lozano habló de dos crisis importantes: “La primera es una gran crisis de identidad. Las personas no se identifican propiamente, están a merced de lo que va ocurriendo. Las identidades que mostramos hacia afuera no son verdaderas. Una persona sin identidad no tiene fuerza. Y si algo nos ha enseñado esta Universidad Panamericana es que los espacios físicos, como es este campus, este edificio del obraje, nos va dando esas raíces de las que yo hablaba con la frase Octavio Paz. Nos da identidad en un momento tan necesitado de recuperarla”.
La segunda crisis que señaló Lozano, es la crisis de soledad. “Estamos en un mundo en el que las pantallas nos han separado, sin darnos cuenta se ha roto el tejido social. (…) El tema de la soledad es algo que nos afecta profundamente porque psíquicamente la soledad mata a las personas
Esta universidad, indicó José Antonio Lozano, “permite construir amistades para los que hemos pasado por aquí; y sigo viendo aquí alumnos que conviven que están en compañía por eso, ¿cuánto nos ha dado este edificio? Ha sido la semilla de la identidad y de la compañía que ha significado para todos la Universidad Panamericana”.
Dr. Santiago García manifestó que “efectivamente, hay pocas universidades que pueden presumir espacios y recintos tan bellos como los tiene la Panamericana y además con una historia tan importante. Porque el casco antiguo no es solamente un edificio. El casco antiguo de la universidad, es también una forma de ser, es una forma de vivir, es, ya incluso un espíritu; por lo que podemos hablar de que existe una personalidad de la Universidad Panamericana, sin duda, estrictamente vinculada con este obraje y con esta historia”.
El rector agradeció a Salvador Cárdenas Gutiérrez a José Antonio Lozano y a Maite Lot por llevar a cabo esta segunda reimpresión, en especial se refirió a esta última “como una directiva destacada en la universidad, una luchadora incansable, amante de la cultura, por tu amor a las tradiciones, a la historia en general y particularmente por tu amor a la Universidad Panamericana
En su participación la Dra. Fernanda Llergo indicó, “me voy a quedar con la parte romántica del obraje, como una analogía, en el obraje era un lugar donde se tejía, y se tejían paños finos, pero ya nos dijo Salvador que también de textiles populares. Nosotros hoy bordamos las almas de nuestros alumnos. ¿Qué hacemos cuando entramos cada día al aula? ¿Qué hacen nuestros profesores? Pues hacemos un bordado fino.
“La universidad y el obraje, siguen siendo similares en muchas cosas. La universidad busca los engranajes de la vida política, económica y social a través de la educación que brinda a nuestros alumnos. Y algo muy parecido era lo que en el siglo XVII llevaban a cabo los Obrajes. ” relató la Rectora General.
En su mensaje, Maite Lot señaló: “Es muy significativo para nuestra universidad y los fines que se persiguen estar asentada en un espacio arquitectónico testigo de la historia desde el México colonial que se conserva en excelentes condiciones, lo que la hace única. En palabras del Dr. Carlos Llano, en el marco de la presentación de esta obra en 2002, ‘esta investigación, nos ofrece una idea muy aproximada de cómo era el edificio del Obraje en el SXVII y SXVIII (…) y la imaginación nos ayuda para referirnos de algún modo a su historia y a sus habitantes”.
Este libro tiene un gran mérito, resaltó Maite Lot, “la excelente investigación realizada por el Dr. Salvador Cárdenas en su primera edición se agotó en poco tiempo, por el interés que despertó en nuestra comunidad, por eso se decidió volverlo a reimprimir para darle continuidad a los libros que se publicaron en el marco del 50 aniversario: El Escudo de la Universidad Panamericana y La Filosofía Educativa de la Universidad Panamericana”.
El Obraje de Mixcoac: Mixcoac, lugar donde se venera a la Vía Láctea. La historia de nuestro obraje comienza en el siglo XVII. El obraje de Mixcoac, también conocido como el obraje de Peña, llegó a ser uno de los más importantes en el siglo XVIII. Esta fábrica de telas y paños se alejó del modelo corporativo artesanal y doméstico para dar paso a una naciente industria textilera capitalista.
A partir de 1970 se compra el edificio del casco antiguo, se dieron los primeros pases para las obras de acondicionamiento y decoración del edificio con el objeto de ser ocupado por el Instituto Panamericano de Humanidades, antecedente de la actual Universidad Panamericana, lo que les llevó cinco años, siendo la carrera de Derecho la primera en ocupar el edificio y a los pocos meses, Pedagogía y Filosofía.
En 1978, con la incorporación de las carreras de Empresariales e Ingeniería, se cambia el nombre a la Universidad Panamericana. Es a partir del año 2002, gracias a la investigación que realizó el Dr. Salvador Cárdenas y que plasmó en la primera edición del libro que hoy estamos rememorando, que tenemos más información sobre la historia de nuestro edificio y sus habitantes.
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