Es necesario plantear políticas y programas que aborden esta problemática desde un enfoque salutogénico, señala Patricia Paez Manjarrez

El cuidado de la salud mental se encuentra actualmente en la agenda de prioridades en distintos contextos: educativos, organizacionales, gubernamentales, entre otros. El tema de salud mental y adicciones a nivel global forma parte de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), es el Objetivo 3 donde se propone garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades; específicamente, en la Meta 3.4 se pretende, para el año 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento, así como a través de la promoción de la salud mental y el bienestar.
A propósito del tema, en días pasados se creó en México la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones, cuyo objetivo se centra en elaborar políticas públicas y programas de promoción, prevención y atención de trastornos de salud mental, así como de adicciones al alcohol, tabaco y otras sustancias. A través de esta comisión se busca establecer la salud mental y la prevención de adicciones como ejes prioritarios dentro de las políticas de salud a nivel nacional.
La Secretaría de Salud comparte algunos datos obtenidos en el 2º Diagnóstico Operativo de Salud Mental y Adicciones (2022), donde resalta la estimación de la prevalencia de trastornos mentales y adicciones de casi una quinta parte de la población total, por lo que se esperaría que 24.8 millones de personas presenten algún trastorno mental, siendo los más frecuentes la depresión, trastorno por consumo de alcohol y trastorno obsesivo compulsivo.
De acuerdo con la Dra. Patricia Paez Manjarrez, coordinadora del Programa de Atención a la Salud Mental y Bienestar Psicológico en Cetys Universidad, para las instituciones educativas representa un reto cuidar de la salud mental de sus comunidades, considerando que se componen de estudiantes, profesores, así como personal administrativo y de servicios.
“Para hacer frente a este desafío se recomienda plantear políticas y programas que aborden la temática del cuidado de la salud mental desde un enfoque salutogénico, es decir, a través de establecimiento de acciones en salud encaminadas al bienestar y crecimiento de los miembros de la comunidad, promoción de la salud positiva y, por ende, una mejora en la calidad de vida”.
Asimismo, la Experta Cetys refiere que es imprescindible contar con equipos de profesionales de la salud mental para hacer frente al reto de atender las necesidades en salud mental. Entre las acciones que se sugiere incluir en las políticas y programas institucionales de salud mental, enlistamos las siguientes:
• Prevención y psicoeducación en los temas de trastornos mentales y del comportamiento, discapacidades psicosociales y adicciones
• Tamizaje para identificación oportuna de riesgo psicosocial, discapacidad por dependencia y conductas autolesivas en la comunidad;
• Establecer estrategias de atención a la comunidad, con calidad, calidez y sustento científico.
Para concluir, la Dra. Patricia Paez resalta la importancia de asumir el reto de cuidar de la salud mental desde una perspectiva integral, favoreciendo las acciones de promoción de entornos saludables, así como la identificación oportuna de conductas de riesgo y el seguimiento adecuado. “Este abordaje constituye un factor de protección para los miembros de las instituciones educativas, sin duda, un verdadero beneficio para la comunidad”.
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