Los colectivos Astro UAMI, Astronomía Pantera y Sian Ka´an Astronomía así como miembros de la Sociedad Astronómica Nibiru de la Facultad de Ciencias de la UNAM fueron convocados por la Dirección de Comunicación del Conocimiento de la Universidad Autónoma Metropolitana

Con la Luna, Marte, Júpiter, Saturno y Venus en conjunciones astronómicas, los colectivos Astro UAMI, Astronomía Pantera y Sian Ka´an Astronomía así como miembros de la Sociedad Astronómica Nibiru de la Facultad de Ciencias de la UNAM realizaron una observación del cielo nocturno para poder ver los detalles de este fenómeno cósmico que puede apreciarse muy pocas veces al año.
Convocados por la Dirección de Comunicación del Conocimiento de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) estos colectivos –conformados por estudiantado de diversas licenciaturas de la Casa abierta al tiempo que comparte el gusto por la astronomía– hicieron una exploración al cosmos desde la explanada de la Rectoría General, ya que durante los últimos días de enero fue posible notar una alineación aparente entre Júpiter, Saturno, Venus y Marte en conjunción con la Luna.
El ingeniero en sistemas Fernando Tapia Vallejo, director del Área de Astronomía de la Sociedad Astronómica Nibiru, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, afirmó que para esta observación nocturna llevaron a la UAM un telescopio Celestron Catadióptrico con una apertura de ocho pulgadas, con el cual puede verse más allá del sistema solar de modo muy nítido, lo que permite incluso reparar en el espacio profundo, nebulosas, galaxias y algunos cúmulos estelares, así como detalles y cráteres de los planetas.
Tapia Vallejo dijo que durante este primer mes del año se identificaron diversas conjunciones, la primera de ellas fue el 3 de enero al anochecer, cuando la Luna visitó Marte; luego, durante el comienzo del crepúsculo, al dirigir la mirada hacia el oeste en dirección opuesta a Marte, pudo atisbarse a Venus, que con los días fue ganando altura y protagonismo con su enorme brillo.
Por encima de Venus se situaron Saturno y más alto aún Júpiter, que es el más brillante de los dos, pero conforme avanzó el mes, Saturno fue desapareciendo tras el horizonte.
A finales de enero, Venus ganó en altura a Saturno y ambos se mostraron muy próximos en el cielo, por lo que el día 22 de enero –a menos de medio grado de separación– Venus se situó más alto que Saturno y, por si fuera poco, el 23 de enero la Luna creciente se unió al festín planetario, colocándose a poca distancia de Venus y Saturno.
En su movimiento periódico alrededor de la Tierra, la Luna se va desplazando día tras día hacia el este tras visitar a Venus y Saturno los días 25 y 26 de enero, en que la se encontró con Júpiter, el más antiguo del Sistema Solar, guardando una distancia prudente respecto del astro gigante gaseoso, para finalizar el mes haciendo conjunción con Marte, cuando los dos fueron lo suficientemente brillantes como para verse a simple vista.
Alfredo García, integrante de la Sociedad Astronómica Nibiru, señaló que existen telescopios a base de lentes y otros de espejos, pero el Celestron que se empleó durante esta observación tiene la particularidad de manejar ambos sistemas, por lo que brinda una eficiencia enorme para llegar a objetos muy difusos y lejanos.
Sin embargo, también llevaron otra clase de esos dispositivos que permiten compensar la diferencia con el ecuador para poder seguir los objetos en forma muy precisa, pero además existen equipos que se conocen como telescopios ecuatoriales, azimutales, reflectores, refractores y catadióptricos.
Cuatro integrantes de la Dirección de Comunicación del Conocimiento se dedican a la física, las ciencias espaciales y la astronomía siendo esta última una de las que más curiosidad detona en las personas; en este sentido, Oriana Trejo Álvarez, integrante de esta área, explicó que la actividad fue planeada de noche para poder avizorar la luna, pues no siempre es visible, de hecho una semana atrás no se hubiera podido ver porque estaba en su fase nueva.
Además está por terminar la temporada planetaria y pronto algunos astros ya no se podrán contemplar, ya que es el invierno la mejor temporada para mirar el cielo y apreciar objetos astronómicos. Como dato curioso, el famoso conejo de la luna es en realidad una región lunar denominada “los mares”, observada por Galileo Galilei en 1610, quien la confundió con océanos terrestres.
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