Regla de tres 1041

En la UANL el rector aspira a la reelección, concluye huelga en la UAC y lo más relevante del panorama educativo actual

La Anuies firmó convenio de colaboración con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Un periodo más. Dentro de lo previsto, y aprovechando el marco legal, el rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Santos Guzmán López hizo públicas ya sus aspiraciones para ser reelecto y permanecer al frente de la institución por un periodo más de tres años. De concretarse este pronunciamiento, y en conformidad con los tiempos de esa casa de estudios, en mayo se podría tomar la decisión para que Guzmán López se quede a cargo para el periodo 2024-2027, el cual comenzaría a correr en el mes de octubre. Un proceso que se dará en completo orden y de manera muy institucional, como siempre ha sido en la UANL.

La falta de razón. A final de cuentas, como ocurre en estos casos, la huelga de la Universidad Autónoma de Campeche (UAC), concluyó con más pendientes que soluciones reales. Los líderes del Sindicato Único de Personal Académico (Supauac) y el Sindicato Único de Trabajadores Administrativos, de Intendencia y Similares (Sutaisuac) no han tenido una relación muy tersa ni cercana con el actual rector José Alberto Abud Flores. Desde su llegada al cargo, en 2022, ha habido ciertos roces porque nunca vieron con buenos ojos a quien había estado ya al frente de esta casa de estudios años atrás. Así que no será la última vez que desde las dirigencias sindicales le compliquen su estadía en la rectoría de la UAC.

Misma situación. Donde el asunto no es muy distinto, es en la Universidad de Sonora (Unison). La huelga se ha prolongado más de lo que las propias autoridades preveían. La petición salarial y las exigencias de los sindicatos en el tema de las prestaciones, salen de toda lógica. Demagogia pura para presionar a la rectora María Rita Plancarte, a quien todavía le queda y le aguarda un largo camino. Aunque su gestión concluye en poco más de un año, le quedará aun la revisión salarial del próximo año, con el antecedente de esta suspensión de actividades. Los sindicatos saben de las limitaciones presupuestales y aun así intentan sacar provecho de una negociación salarial por demás acotada.

Estrecha colaboración. Esta semana, la Asociación Nacional de Universidades e instituciones de Educación Superior (Anuies) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) signaron un convenio de colaboración para impulsar la capacitación, la formación y profesionalización académica, así como la creación, quizá lo más sobresaliente del acuerdo, de un Observatorio Electoral Universitario. Un esfuerzo conjunto del Secretario General Ejecutivo de la ANUIES, Luis Armando González Placencia, y de la titular del TEPJF, Mónica Soto Fragoso. Siempre es de resaltarse la confianza que tienen las instituciones del país en las universidades públicas, en temas tan delicados como el contexto electoral. Por eso es fundamental este acercamiento que se ha dado para fortalecer la capitación.

Sin ideas. Preocupa que más allá de las propuestas serias para mejorar el nivel de la educación superior del país, y enfrentar los rezagos que especialistas, investigadores y académicos han estudiado y señalado, se dé espacio a las instituciones de educación superior en el escenario electoral solamente para lanzar planes inciertos que solo quiere ganar la venia popular, por encima de su viabilidad. Porque la insistencia en eliminar el examen de admisión al bachillerato y al nivel profesional, así como la postura de austeridad en detrimento de los recursos asignados a la educación superior es preocupante.

Llamado pertinente. Ahí es donde se engrandece la postura asumida por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Leonardo Lomelí Vanegas. La autonomía universitaria no está a discusión ni mucho menos a revisión. Condicionar recursos a cambio de sujetarse a políticas que no han redituado buenos resultados en otros ámbitos, es abrir la puerta a una asignación de recursos en función de los caprichos que se han construido bajo la bandera de la austeridad. Ahora resta esperar que otros rectores respalden también esta postura y salgan a defender este derecho que se fue construyendo desde hace muchos años. La autonomía incomoda mucho en tiempos recientes, pero las instituciones de educación superior del país no deben cederla bajo ninguna presión.

La peor parte. Y en medio de estas propuestas que apuntan a la masificación de la educación superior, en detrimento de la calidad, miles de jóvenes compran el discurso y vislumbran una posibilidad real de acceder al bachillerato y la educación superior, sin mayores complicaciones. Ensimismados en las redes sociales, y en aquellos atisbos de cultura política a los que youtubers e influencers los han acostumbrado, distan mucho de discernir y analizar estos planteamientos. Más allá de confrontar estas propuestas netamente electorales, acaban por asumirlas como viables. De ahí la importancia de abrir los espacios de discusión a la juventud, a las nuevas generaciones. Que al menos la mayor parte de ellos se interesen en lo que está por venir. Eso es una ardua tarea que se ha dejado de hacer.

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