Hay una guerra cultural en Latinoamérica. Se ve en las calles de Ciudad de México, en Tijuana, Oaxaca, Colombia. Hay una especie de reconquista económica que ha desplazado a miles de personas de sus hogares, aumentado servicios básicos, provocado el uso desmedido del inglés ante la incapacidad o renuencia de los inmigrantes (mal llamados “ex-pats”) por hablar el idioma local. Ahora esa guerra, ha llegado a la pantalla grande en nombre de ese bodrio cringe llamado Emilia Pérez.
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