Elías (Lou Goossens) tiene una aparente vida perfecta. A los 14 años, es parte del grupo popular, es novio de Valerie (Saar Rogiers) y vive en un idílico y hermoso pueblo en Bélgica. Entra entonces Alexander (Marius De Saeger), un desenvuelto joven que llega de Bruselas a vivir frente a su casa.
Al ser nuevo en la escuela, él y sus amigos se dan a la tarea de acercarse y hacerlo sentir bienvenido. Poco a poco, se vuelve parte integral del grupo, aunque Elías y Alexander son lo más cercanos. En una de sus escapadas, comienzan a hablar de romance y Alexander le confiesa que ha estado enamorado.
“¿Cómo se llama ella?”, pregunta Elías. “Fue un chico”, confiesa Alexander. Y el mundo de Elías da vuelta de cabeza.
Lo que comienza como un simple comentario abre las puertas para Elías, siempre callado, serio. El niño modelo que va con el abuelo cuando la familia no puede. De pronto, se abre a la posibilidad de un amor que hasta hace poco le parecía imposible. Pero es el temor al rechazo social y la distancia con su padre, lo hacen lastimar a las personas que más quiere.
Como pocas películas queer, particularmente en la estela de Close de Lukas Dhont, el director y guionista Anthony Schatteman usa a sus protagonistas como vehículos de empatía y amor. Sufrimos porque Elías está enamorado y no sabe qué hacer con lo que siente. Pero Alexander es bueno y honesto y actúa desde su corazón. Y he ahí el conflicto.
Schatteman no es cursi o explotativo en lo que nos muestra. Al contrario, es particularmente cuidadoso de sus protagonistas y de su historia de amor, con una sensibilidad encantadora que nos hace conectar profundamente con ellos. Es, al final de cuentas, una historia sobre el primer amor. Y, como nos muestra Elías, lo único que busca es aceptación.
Lou Goossens y Marius De Saegers son brutales en sus actuaciones, con una sutileza difícil de obtener, particularmente con dos protagonistas tan jóvenes. Pero es que todo está sustentado por un guion quirúrgico, que no tiene nada de más y que sirve para enaltecer una historia honesta y conmovedora.
Corazones Jóvenes es una tierna y necesaria película sobre el impacto del amor y lo que significa tener el apoyo de tu familia para vivirlo al máximo.

Salvador Medina
- Salvador Medina
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