La promesa de menores gastos basta para que las compañías intenten sustituir a guionistas, actores, animadores y otros talentos
La huelga de guionistas en Estados Unidos trajo a la luz una nueva herramienta para amenazar incontables trabajos a cambio de ganancias para accionistas: la inteligencia artificial. Aunque en el corto plazo es complicado que plataformas como ChatGPT sustituyan la labor creativa de los escritores, la promesa de reducir los gastos y aumentar las utilidades es suficiente para poner la industria del entretenimiento de cabeza.
Aunque el sindicato de guionistas en Estados Unidos está peleando por restaurar formas de ingreso que se perdieron con el streaming y las nuevas plataformas en línea, el uso de la inteligencia artificial para la creación de películas y series se convirtió pronto en un tema central.
El hecho de que la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP por sus siglas en inglés), la instancia encargada de negociar con los creadores, sea capaz de detener las producciones y perder 10 mil millones de dólares al día por la huelga (según Collider), significa que la apuesta por sustituir a los escritores es algo a largo plazo. Pero ahora, con la amenaza del Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión por hacer lo mismo, el paradigma de poder parece cambiar.
En el papel, y como han demostrado los avance en la IA, los actores son el lado más vulnerable de la ecuación en el sistema de estudios. En los contratos de cesión de derechos de imagen, y sin percatarse de ello, los actores han cedido su voz e imagen, en muchos casos, “a perpetuidad”. Esto podría dar pie a que veamos en pantalla a actores sin su permiso.
Fuera de los vacíos legales que la nueva tecnología ha expuesto, la promesa de la IA surge del mero interés por volver el arte un bien puramente comercial. El impacto del cine y la televisión son inconmensurables para la sociedad actual. No sólo es imposible concebir la cultura popular sin Game of Thrones, Breaking Bad, The Sopranos e incontables producciones, sino que es imposible sustituir la experiencia humana que representa el arte.
No se trata de la amenaza de los robots aniquilándonos como ha imaginado la ciencia ficción, sino que lo estamos haciendo nosotros mismos. Y por la razón de siempre: por la avaricia.
Las compañías de tecnología han visto en la IA el pretexto perfecto para entrar a un gremio que desconocen para generar ganancias. Y Wall Street les ha seguido el paso. Dar la espalda a los actores y a los guionistas era un paso lógico para ellos. Pero no contaban con un apoyo incondicional que parece amenazar con justicia sus planes depredadores.
Hollywood está haciendo algo inconcebible: está luchando por hacer el futuro un poco más humano.

Salvador Medina
- Salvador Medina
- Salvador Medina