En palabras de la investigadora, el 98.9 % de las personas con Covid-19 deberían establecerse o ser asintomáticas; sin embargo, si la glucosa está alta o muy mal controlada lo más probable es que aumente el riesgo de muerte
“Los pacientes con diabetes tienen el riesgo de padecer una enfermedad severa o letal de Covid-19” aseguró la jefa de la División de Investigación de la Facultad de Medicina de la UNAM, Marcia Hiriart, al participar en el ciclo Viernes viral, que coordina el integrante de El Colegio Nacional Antonio Lazcano.
La experta en biología celular impartió la conferencia Diabetes y Covid-19, el 16 de octubre, transmitida en vivo por El Colegio Nacional, en la que explicó que la relación entre la diabetes y el SARS-CoV-2 es la suma de la inflamación crónica con la aguda, el daño en la respuesta inmune y el aumento en la coagulación. “Los padecimientos de la diabetes mellitus tipo 2 contribuyen a que las infecciones virales aumenten y que sean más frecuentes y severas”.
Comentó que actualmente se tiene un choque entre dos pandemias, la pandemia de sobrepeso y diabetes, que existe desde hace dos décadas, y la de Covid-19, que apenas llegó. En México, en 2018, se registraron 8.6 millones de personas con diabetes; sin embargo, por ser una enfermedad silenciosa la cifra puede ser mayor.
La diabetes se caracteriza por tener exceso de glucosa o azúcar en la sangre, lo que es provocado por la disminución de la hormona insulina. La insulina es fabricada por el páncreas y permite a las células que utilicen la glucosa de la sangre como fuente de energía.
Hiriart hizo énfasis en que las más de 85 mil defunciones provocadas por el SARS-CoV-2 son demasiadas para una sola patología. Explicó que en las personas que tienen sobrepeso u obesidad, la Covid-19 provoca una inflamación leve y activa su sistema inmune, lo que libera linfocinas en la sangre y produce la llamada tormenta de citosinas, mediadores químicos que provocan el síndrome respiratorio agudo y que pueden tener implicaciones en el corazón.
“Se ha visto que una gran parte de la gente que se enferma tiene otras enfermedades que se conocen como comorbilidades, entre las que están el sobrepeso y la obesidad, el riesgo de mortalidad aumenta con el índice de masa corporal”.
La investigadora del Instituto de Fisiología de la UNAM explicó que el índice de masa corporal (IMC), dice si las personas están gordas o flacas. Lo normal es que tengan un índice de entre 18 y 25 puntos. El IMC se puede calcular dividiendo el peso entre la altura elevada al cuadrado, si el resultado es mayor a 25 se tiene sobrepeso y si es más de 30 se considera obesidad.
En palabras de la científica mexicana, la enzima angiotensina II (ACE 2) del organismo es el receptor del SARS-CoV-2, las personas con sobrepeso, obesidad o hipertensión pueden tener más receptores de este tipo, lo que propicia que el virus se pegue en mayor cantidad al hospedero, pero lo anterior aún no es claro.
Puntualizó que la diabetes siempre ha acompañado a la humanidad y que hay dos tipos: la diabetes tipo 1, que se desconoce su origen y en la que intervienen factores del ambiente, infecciones provocadas por virus como los estomacales o de las paperas, las cuales generan una respuesta inmune defectuosa que reacciona contra las células beta del páncreas, las únicas encargadas de producir insulina en todo el organismo. Para que un paciente viva con este padecimiento requiere ser inyectado con insulina.
“De lo que hay epidemia es de la diabetes mellitus tipo 2, aquí intervienen factores genéticos, si tienen un pariente diabético en primer grado, seguro van a tener la carga genética que va a favorecer que aparezca el padecimiento, lo que significa que se tienen que cuidar más y hacer ejercicio. Si nos descuidamos un poco, el Homo Sapiens va a pasar a ser el Homo obesus”.
Agregó que “en México tenemos una de las mayores tasas de individuos con obesidad y sobrepeso en el mundo, y somos el primer o el segundo lugar de obesidad infantil. La obesidad también depende de factores genéticos y factores ambientales, entre los factores ambientales se encuentran qué tanto nos movemos y qué consumimos. Sólo para poner un ejemplo, una lata de Coca-Cola de 130 mililitros contiene 35 gramos de azúcar.
“La obesidad aumenta la susceptibilidad a contraer otras patologías como la diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. La diabetes es una causa frecuente de ceguera, falla renal, amputación de los miembros inferiores. Una dieta balanceada y la actividad física regular nos ayudan a mantener el peso dentro de los límites normales y nos van ayudar a retrasar la aparición de diabetes tipo 2”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas que padecen diabetes mellitus pasó de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014; la prevalencia global en adultos mayores de 18 años aumentó de 4.7 a 8.5%; entre 2000 y 2016 hubo un aumento del 16% de muertes prematuras por diabetes mellitus; la prevalencia de diabetes ha aumentado más en países pobres y medianamente pobres, porque los países desarrollados comen menos azúcar y menos grasas saturadas.
“La infección por SARS-CoV-2 puede producir la aparición de diabetes, así como el virus se puede unir a los receptores en los pulmones y producir una pulmonía, también se puede unir a los receptores ACE 2 y matar a las células beta, si las células beta desaparecen habrá una hiperglucemia”, comentó la doctora Hiriart.
Agregó que “el 98.9% de las personas con Covid-19 deberían establecerse o ser asintomáticos; sin embargo, si la glucosa está alta o muy mal controlada lo más probable es que aumente el riesgo de muerte. “La buena noticia es que un buen control de la glucosa se relaciona con mejores resultados en pacientes infectados con el coronavirus”.
La conferencia Diabetes y Covid-19 se encuentra disponible en la página de YouTube de El Colegio Nacional: elcolegionacionalmx.
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