El grupo de investigación Scimago, auspiciado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y las universidades de Granada (Extremadura), Carlos III (Madrid) y Alcalá de Henares, se dedica al análisis, representación y recuperación de información mediante técnicas de visualización. Este colectivo publica cada año un reporte de datos sobre la producción científica mundial a partir de la información recabada y sistematizada por los servicios de bibliometría del corporativo Scopus, una de las bases más reconocidas y utilizadas en el análisis del tema. En la actualidad Scopus analiza el contenido de más de treinta mil títulos de revistas, que por ello clasifica como indexadas, y también recoge datos, aunque de manera más limitada, sobre libros y memorias.
La principal ventaja de la plataforma Scimago, además de su edición en español, es la facilidad de acceso a los datos, así como las distintas formas de agrupamiento y visualización de estos. Entre otras posibilidades se ofrecen reportes por regiones, países y áreas de conocimiento. Con base en la información correspondiente a México podemos apreciar la forma en que se distribuye la producción científica del país en tanto se refleja en su participación en las revistas indexadas por la base Scopus.
En una columna anterior echamos un vistazo a los datos de producción mundial, ahora nos concentraremos en el caso del país para identificar las principales áreas de producción de acuerdo con los datos que ofrece el reporte referido. En primer lugar, recordemos que la producción global del país en 2024 registra 34 mil 41 documentos, de ellos más del noventa por ciento se clasifica como citables.
Los datos globales de México colocan al país en la posición treinta y tres dentro de la escala global y en el segundo lugar, después de Brasil, en el ámbito latinoamericano; asimismo en la segunda posición, debajo de España, dentro de la región de Iberoamérica. También es interesante el dato temporal agrupado: de 1996 a 2024 se han producido en México más de medio millón (520 mil 267) documentos académicos, lo que posiciona al país en el puesto veinticuatro de la escala mundial.
Veamos en seguida la distribución por áreas de conocimiento. Cabe advertir, de entrada, que la suma de subtotales por áreas de conocimiento excede por mucho, casi el doble, al total de documentos reportado. Ello se debe a que un documento puede ser clasificado en más de un área de conocimiento si trata temas que conciernen a dos o más de ellas. Por tomar un ejemplo, un texto determinado puede ser ubicado en el área de contabilidad y administración y también el área de ciencias de la decisión si en este se abordan ambas materias. Por ello, tomaremos en cuenta solo la distribución de porcentajes, que probablemente refleja mejor las características de la distribución.
La disciplina que, con ventaja, contiene el mayor número y porcentaje de documentos es Medicina. Esta representa el 14.2 por ciento del total. Si a ella se agregan otras disciplinas asociadas, que representan a las ciencias de la salud (inmunología, microbiología, farmacología, toxicología, farmacéutica, neurociencias, psicología, enfermería, odontología y profesiones de la salud), el total se eleva hasta 22.4 por ciento.
En segundo lugar, se encuentra el área de Biología y Ciencias de la Agricultura, con un porcentaje de 9.4 por ciento del total. Si se añaden otras áreas de las llamadas ciencias de la vida y la naturaleza (bioquímica, genética, biología molecular, ciencias ambientales y veterinaria), el grupo alcanza un 22.2 por ciento de representación en el total. Nótese que, así agrupado el sector, su proporción es prácticamente equivalente al correspondiente a las ciencias de la salud, y que sumadas se acercan a la mitad de la producción científica nacional con un 44.6 por ciento sobre el total.
En tercer lugar, está el área de ingeniería, con una participación individual de 7.8 por ciento en el total. Esta se puede agrupar con otras áreas de orientación tecnológica (computación, ciencia de materiales, ingeniería química y energía), cuya suma representa un 23.8 por ciento del total.
El cuarto lugar corresponde a las ciencias básicas o exactas (física, astronomía, química, matemáticas y ciencias de la tierra y el planeta) que, así agrupadas, representan un 17.5 por ciento en el total. De ellas destaca la rama de física y astronomía con una representación individual de 6.2 por ciento dentro del total de producción nacional.
En quinto lugar, se ubica el grupo de ciencias sociales, que incluye un amplio repertorio de especialidades, y registra una participación de 7.1 por ciento en el total. Si a las ciencias sociales se agregan los datos de la producción en el área de humanidades, la participación de ambas llega a 9.3 por ciento en el total de documentos. No sobra anotar que la producción de la investigación en ciencias sociales y humanidades está probablemente subestimada porque una parte muy considerable de ella, si no es que mayoritaria, se publica en formatos distintos al de artículo en revista indexada, es decir, en forma de libros o capítulos, lo cual apenas alcanza registro en la base Scopus.
En sexto lugar, las disciplinas relacionadas con la economía y la administración de empresas (economía, econometría, contabilidad, administración, finanzas, negocios y ciencias de la decisión). Este grupo representa, en el total, una proporción de 3.1 por ciento. Por último, está el área clasificada como multidisciplinaria, que únicamente añade una proporción de 1.7 por ciento en el gran total.
No sobra agregar a este análisis superficial que el número de revistas mexicanas en el índice Scopus es bastante reducido. Apenas 129, cifra inferior a la de Brasil (467), Colombia (164) y Chile (133). Ello forma parte de la explicación.

Roberto Rodríguez Gómez
- Roberto Rodríguez Gómez
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