De ello se habló durante el Segundo Simposio de Estudios sobre China realizado en la Unidad Iztapalapa
La presencia de China en África no es algo reciente, pues luego de la independencia y la crisis en la República Democrática del Congo, el país asiático aprovechó la coyuntura para involucrarse cada vez más, sostuvo el doctor Marco Antonio Reyes Lugardo.
El investigador formó parte de la mesa La China actual: retos y conflictos con la ponencia Nehru Mao Zedong en África: de la Zaireanización y Sudanización, como parte del Segundo Simposio de Estudios sobre China realizado en la Unidad Iztapalapa.
El Doctor en Estudios de Asia y África por El Colegio de México, explicó que aunque antes de 1950 China no estaba interesada en tener presencia en esta región, cinco años después comenzó a establecer relaciones con sus líderes.
De acuerdo con Reyes Lugardo, la cooperación formal con República Democrática del Congo inició de la década de 1970, cuando ambos países compartieron el interés en contrapesar la balanza de poder con respecto a la URSS y los países occidentales.
“China utilizó la disputa entre el recientemente independizado Congo belga, que se emancipa en junio de 1960, y sobreviene lo que se conoce como la crisis del Congo y la gran disputa por el colonialismo”, apuntó.
El académico indicó que, el recientemente electo Patrice Lumumba hizo una apelación a nivel internacional para exigir la salida de Bélgica del territorio, pues de lo contrario se convocaría a la Unión Soviética y destaparían al enemigo socialista.
“Desde ahí podemos encontrar una presencia cada vez más fuerte de China que por supuesto va cambiando, pero que reproduce muchos de esos discursos legitimatorios que levantó en los años sesenta y que sigue utilizando hasta el día de hoy”.
El investigador refirió que Lumumba, uno de los héroes de la independencia, también fue utilizado por el discurso chino, al presentarse como un personaje que había erradicado al colonialismo en el África Central.
“Con el asesinato de Lumumba la intervención de China fue cada vez más fuerte, utilizando la figura del libertador de manera muy particular […] China se presentaba como un país revolucionario, pacífico y poderoso, suficientemente capaz de derrotar el capitalismo y apoyar a países menos desarrollados”.
El especialista en Pensamiento descolonial y epistemes fronterizas, refirió que China, además, se mostraba como valuarte de los movimientos nacionalistas y como un faro para observar que estaba haciendo África bajo una especie de síndrome de salvador, pues para el gigante asiático era clara la necesidad de arrebatar aliados soviéticos de África y América.
“Las respuestas que los siguientes líderes tuvieron es lo que se ha llamado como una estrategia de zaireainización, para sacar toda la influencia occidental e incluso socialista de tierras congolesas, por lo que se acerca a China para recibir apoyo económico”.
Posteriormente, la ayuda proveniente de China se incrementó y resultó en la construcción de una serie de proyectos de alto perfil, entre ellos, la construcción de la Asamblea Nacional y el Estadio Kamanyola; sin embargo, en los últimos años jóvenes se han pronunciado contra la presencia y las estrategias de conquistabilidad dentro del país.