La experiencia internacional acumulada sobre los procesos de expansión y diversificación de la educación superior indica que la ampliación de la cobertura de la educación terciaria disminuye relativamente la desigualdad en el acceso, pero mantiene rezagos y provoca la aparición de nuevas y más complejas desigualdades sociales. Esta tesis ha sido probada por numerosos estudios en diversas regiones y países del mundo. La paradoja es evidente: la masificación y universalización del acceso no implican la desaparición de las desigualdades sino su transformación.
Los ideales meritocráticos que están detrás de los procesos de expansión educativa explican, en parte, el reconocimiento del derecho a la educación superior en prácticamente todo el mundo desde los años noventa, cuando fue definida por la Unesco y otros organismos internacionales como un bien público. Las múltiples combinaciones entre el papel del Estado y del mercado en la ampliación de las oportunidades de acceso se constituyó como una de las claves de las políticas de masificación y diversificación de las opciones públicas y privadas. No obstante, los efectos de las intervenciones estatales o la participación del mercado han sido insuficientes para garantizar que el acceso masivo se traduzca en procesos consistentes de movilidad social ascendente para los universitarios de primera generación de sus familias, que son los que se incorporaron masivamente a la expansión de la educación terciaria desde finales del siglo XX.
Este tema y sus complejidades son abordados en el más reciente número de la revista argentina , una publicación con más de dos décadas de existencia que ha sobrevivido a las restricciones presupuestales que padecen muchas revistas universitarias latinoamericanas, y que en su número 23, de octubre de este año, aparece en medio del acoso político y el castigo financiero sin precedentes al que el gobierno de Milei ha sometido a las universidades públicas de ese país en los últimos dos años (https://www.pensamientouniversitario.com.ar/index.php/home-pensamiento-universitario-23/revista-23/)
El número incluye como material central un dossier titulado “La universidad frente a las múltiples desigualdades. Política, experiencias, sujetos”, y los temas abordados incluyen los casos de Brasil, Chile, Colombia y Argentina, y lo encabeza un provocador texto de Francois Dubet sobre las paradojas de la masificación de la educación superior en Francia y Europa. A ello se agregan las contribuciones de Adriana Chiroleu, Helena Sampaio, Javier Campos, René Guevara y Ana García de Fanelli sobre las contradicciones, mitos y realidades de las relaciones entre masificación y desigualdad de la educación superior en el contexto latinoamericano del siglo XXI.
Una de las claves de lectura de esos materiales tiene que ver con la sociología de las desigualdades en la educación terciaria. Como ocurre con las propias políticas públicas diseñadas e implementadas para hacer efectivo el derecho a la educación universitaria, enfrentamos desde hace tiempo una ola de desigualdades de nueva generación. Las viejas desigualdades tenían una clara marca de clase en el acceso, lo que significaba que solo las élites podían acceder a estudiar una carrera universitaria, lo que dio por resultado la configuración de la universidad aristocrática y elitista, cuyas claves de exclusión de millones de jóvenes se centraban en el capital social, el estrato de origen, el género y el ingreso económico de sus familias.
La segunda ola de desigualdades se caracterizó por el acceso masivo a la educación superior, derivado del modelo desarrollista que impulsó la creación de una poderosa clase media urbana que pobló las aulas universitarias en América Latina, y cuyo resultado configuró el modelo de la universidad mesocrática que hoy conocemos. En esta ola, el financiamiento público y la expansión de las ofertas privadas se constituyeron como los mecanismos institucionales de segmentación de los sistemas de educación superior, disminuyendo el peso de la clase social y el ingreso económico de los jóvenes y sus familias, pero incrementando la influencia del territorio, el género y las identidades culturales de las poblaciones jóvenes en las posibilidades de acceso, permanencia y egreso en las universidades.
La tercera y más reciente ola de desigualdades tiene que ver ya no con el acceso masivo al ingreso sino con la inserción a las universidades y carreras profesionales más atractivas y prestigiosas públicas o privadas, que generalmente se asocia con la calidad y el éxito profesional de la inserción laboral de sus egresados. Asimismo, las nuevas herramientas de la formación universitaria, (en especial la IA) están teniendo un impacto considerable en las brechas de aprendizajes entre poblaciones estudiantiles heterogéneas, cuyas capacidades son muy diversas, y donde los más aptos son los que provienen de los estratos y orígenes sociales medios y altos.
Las nuevas desigualdades mezclan rezagos y brechas sistémicas acumuladas con la aparición de nuevas brechas de formación y aprendizajes en el acceso y el egreso a la educación superior. Hoy, sólo 23 por ciento de los jóvenes de los quintiles de ingreso económico más bajos de la población tienen acceso a la educación terciaria, contra el 136.5 por ciento del quintil más alto. El acceso a las carreras con mejores posibilidades de éxito laboral es el que exigen mayores habilidades y conocimientos derivados de las formaciones escolares previas (adquiridas en la educación básica y media superior), pero donde también influyen los contextos sociales de origen de las y los estudiantes.
Estos temas son explorados en las páginas de Pensamiento universitario, y vale la pena revisarlas para tener una imagen más clara del perfil de las nuevas desigualdades sociales en la era de la expansión, masificación y universalización de la educación superior en la América Latina del segundo cuarto del siglo XXI.
El jefe del Departamento de Bibliotecas y Fomento a la Lectura de la Secretaría de Cultura de Chihuahua, Erwin Limón, entregó al poeta quintanarroense Juan Domingo Argüelles (derecha), la Medalla Wikáarame como reconocimiento al mérito poético, dentro de las actividades de la Feria del Libro Chihuahua.

Adrián Acosta Silva
- Adrián Acosta Silva
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