Mi Nombre Era Eileen: el momento de Anne Hathaway

Basándose en la novela de Ottessa Moshfegh, William Oldroydnos brinda un intenso Noir-erótico con fantásticas protagonistas

Anne Hathaway y Thomasin McKenzie brindan una gran interpretación como Rebecca y Eileen.

Era Eileen, todo eso se pone al servicio de una historia retorcida, audaz e interesante de principio a fin.

Basada en la novela de Ottessa Moshfegh, Eileen (Thomasin McKenzie) es una tímida y retraída trabajadora en una prisión del estado de Massachusetts. Entre su tedioso trabajo y encargarse en casa de su padre alcohólico, Eileen tiene poco tiempo para algo más. A sus 24, lo que era algo temporal cuando volvió a casa a cuidar de su madre enferma que terminó por fallecer, se volvió un lugar del que no puede salir.

Es hasta que llega una nueva psicóloga a la prisión, que su vida cambia de cabeza. Rebecca (Hathaway) es una enigmática y solitaria mujer que sacude a Eileen de su monotonía y que, en el despertar de su sexualidad, provoca un atractivo inmediato en la joven. Rebecca, mayor y más madura, es un imán para hombres y mujeres por igual. Eileen no sólo se fija en ella sino que quiere convertirse en ella.

En esa nueva dualidad, hay una peligrosa transformación en Eileen, particularmente cuando el atrevimiento de Rebecca las pone en un turbio predicamento.

El mayor problema de Mi Nombre era Eileen es la cercanía y genialidad de Carol de Todd Haynes y sus paralelismos. Y aunque se trata de temas relativamente similares, la película de William Oldroyd es una impecable y retorcida obra queer con mucha tela que cortar.

Hathaway y McKenzie son fantásticas en los papeles titulares, con una innegable química y una historia llega de giros que nos mantiene siempre al borde del asiento.

Su descenso hacia el caos es lento y seguro, y es muy entretenido verlas jugar con los sentimientos del espectador hasta un tercer acto atrevido e inesperado. Y, pese a una estructura narrativa un poco fallida y apresurada, el estilo de Oldroyd y su manejo del tono noir-erótico, se conjuntan para crear una obra fascinante y oscura que no se olvidará pronto.

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