Retomo ahora la temática sobre las instituciones de educación superior que, sufriendo el embate de la pandemia, tuvieron que parar de inmediato en sus labores, en marzo pasado. Pero también, con gran celeridad, supieron (y pudieron) hacer frente a la situación cosechando logros relevantes. Ya abordé los casos de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) y el de la Universidad Veracruzana (UV), presentando ahora el de la Universidad de Guanajuato (UG). Su rector general, Dr. Luis Felipe Guerrero Agripino, presentó el primer informe (de una segunda gestión) el pasado 20 de agosto. Para una institución que había cesado totalmente en sus actividades presenciales, el informe no sería la excepción: se transmitió por varias de las redes existentes, incluyendo su propio sitio de internet. El principal contenido tiene dos partes: una, la de dar cuenta del desarrollo de las funciones universitarias en el año lectivo; la otra, relativa a una tarea extraordinaria, prescrita en su Ley Orgánica, y que era indispensable realizar, no obstante, todas las dificultades (una amplia consulta a toda la comunidad). Veamos todo esto.
Como cualquier informe ordinario, a pesar de los cinco meses de convivencia con la pandemia, el rector dio cuenta de las principales acciones y proyectos verificados en doce meses. Entre ellos sobresalen los siguientes:
- Estudiantes: a) una matrícula de 45 mil estudiantes, de ellos 15 mil en el nivel medio superior y 30 mil en el superior (licenciatura y posgrado). Esto significó, en su conjunto, un incremento de 5.4%, comprendiéndose dentro de ello un primer ingreso a licenciatura de 5 mil alumnos, un notable 12% más que el año anterior. Esto, en consonancia con las nuevas disposiciones del Artículo Tercero Constitucional, sin que ello implicase una asignación presupuestal específica; b) Las becas tuvieron un crecimiento sustancial de beneficiarios respecto al año anterior, de 25%, ascendiendo su número a 6,500 estudiantes; c) El Programa de Equidad Regional, que tiene como destinatarios a los alumnos que viven en localidades de rezago económico donde no existe la escuela preparatoria o estudios de licenciatura. La beca les permite trasladarse y estudiar en alguno de los Campus de la UG. Tomado como factor de demostración, el Programa podría enriquecer las acciones federales ya existentes (Jóvenes Escribiendo el Futuro y Becas Benito Juárez). Dicho Programa va ya en una quinta generación; d) El Verano de la Investigación, impulsado por la Academia Mexicana de la Investigación desde hace más de dos décadas, tuvo la participación de un poco más de mil estudiantes y profesores durante ese periodo vacacional, significando una valiosa inversión para el futuro inmediato de los jóvenes y de la propia institución.
- Personal Académico. a) Una alta proporción de personal de carrera, 990, dentro del total con que cuenta la institución, 2,850. De aquellos primeros, el 80% tiene doctorado; b) Este personal de carrera se encuentra agrupado en 119 cuerpos académicos (“profesores que comparten una o varias líneas de generación o aplicación del conocimiento en temas disciplinares o multidisciplinares . . . Adicionalmente, atienden programas educativos en uno o varios niveles . . .”)
- Programas Académicos. a) Un total de 206 en los tres niveles educativos; b) En posgrado, de los existentes (123), 64% forman parte del Programa Nacional de Posgrado del Conacyt (reconocimiento de calidad), no obstante ser mayoría los programas profesionalizantes sobre los de investigación (62 y 61, respectivamente). Los de carácter internacional colocan a la UG en el tercer lugar nacional de las universidades públicas estatales.
Por lo que se refiere a las actividades extraordinarias, y aunque sólo se mencione en el informe que los trabajos correspondientes estaban en marcha, el gran logro es la conclusión del diseño del Plan de Desarrollo Institucional (PLADI) para el periodo 2021-2030. Es el tercero que se elabora en 33 años y se constituye en la orientación superior de todas las acciones que realiza la UG. Recoge, o se nutre, de procesos permanentes en materia de planificación universitaria desde finales de los años setenta. Su actividad en esa materia ha sido constante a pesar de los altibajos experimentados en algunos periodos. Posiblemente el estado de Guanajuato sea la única entidad donde (con el liderazgo de la UG) se preservó una de las instancias establecidas conjuntamente por la SEP y ANUIES desde 1978. Se trata de la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior (COEPES), estructura que formaba parte del llamado Sistema Nacional de Planeación de la Educación Superior, organismo ya extinguido, pero recién resucitado ahora con otro nombre en la Ley General de Educación Superior, aprobada el 9 de diciembre pasado en la Cámara de Senadores y, en este momento, a punto de ser abordada en la Cámara de Diputados.
El PLADI fue aprobado en diciembre pasado por el Consejo General Universitario. En él se expresa el anhelo de su comunidad: “queremos ser una universidad que se transformó a partir de condiciones difíciles y en un entorno de pandemia que ha detenido al mundo, como no lo hicieron incluso las grandes guerras del siglo XX”. Para ello, en estos días se está procediendo a la definición de los instrumentos subordinados al Plan, para aplicarse en la institución por entero. A semejanza de los logros estelares de las otras dos instituciones ya mencionadas, el PLADI en la UG sería el equivalente al diseño del Nuevo Modelo Educativo de la UACH, o al hecho de haber conseguido más de un millón de espectadores en las actividades de difusión cultural de la UV. La pandemia impuso condiciones que parecían insuperables para la buena conducción de las casas de estudio, pero estas rehicieron su marcha, mostrando que, con todo y las adversidades, se puede “hacer camino al andar”.
