Bioética significa supervivencia del ser humano, de la sociedad y de la tierra: Arnoldo Kraus en encuentro del Colegio Nacional

Como parte del 5º Encuentro Libertad por el Saber ¿Cuál desarrollo para un planeta saludable?, coordinado por Julia Carabias y Julio Frenk, integrantes de El Colegio Nacional, el 22 de octubre se transmitió en vivo por las plataformas digitales de la institución la mesa Ciencia y ética para la sustentabilidad

“El problema más importante que enfrenta la humanidad es la sustentabilidad de nuestro planeta. La supervivencia misma de nuestra especie depende de manera muy central de una ciencia humanista y de la ética de las decisiones que tomemos”, aseguró el colegiado Alejandro Frank al dar inicio a la mesa Ciencia y ética para la sustentabilidad como parte del 5º Encuentro Libertad por el Saber ¿Cuál desarrollo para un planeta saludable? transmitido en vivo por El Colegio Nacional, el 22 de octubre.

Al impartir la conferencia Gaia: complejidad y humanismo, el físico y catedrático mexicano hizo referencia al término griego con el que se nombraba a la Tierra, Gaia. Recordó la frase Homo homini lupus que significa el “hombre es el lobo del hombre” y que se usa actualmente para mencionar los horrores que es capaz de cometer la humanidad.

Agregó que más allá del valor intrínseco de la ciencia y de su relevancia como conocimiento fundamental del universo que nos rodea, la pregunta crucial es ¿cómo podemos salvar a nuestra especie?. “La transdisciplina es hoy en día más urgente que nunca, las llamadas ciencias de la complejidad buscan enfrentar los cambios que ya están ocurriendo. Estas herramientas abren un panorama en el que la ciencia puede analizar, intentar prever y paliar las consecuencias de los grandes cambios que han ocurrido en el planeta de forma acelerada.”

En palabras del científico, recientes investigaciones muestran de manera clara la posible presencia de fenómenos y de un desequilibrio irreversible, lo que pone en peligro la supervivencia de la especie humana. “Aunado a esto están los enormes desequilibrios socioeconómicos y la irracionalidad de los sistemas políticos reinantes. La ciencia tiene y tendrá en el futuro una importancia creciente en el desarrollo sustentable de la humanidad.”

Explicó que la visión científica muestra con nitidez la compleja e íntima relación que guarda la existencia de las personas con otras especies de animales y plantas y el delicado balance que se requiere para la sustentabilidad del medio ambiente. “A pesar de los peligros como la pandemia de COVID-19 y el calentamiento global, la ciencia es nuestra más clara esperanza, una fuente de racionalidad y optimismo en el oscuro mar de la ignorancia.”

Ética y ciencia: binomio imprescindible
Por su parte, el doctor de la Facultad de Medicina de la UNAM, Arnoldo Kraus compartió la ponencia Ética y ciencia: binomio imprescindible, en la que habló de las similitudes entre ética y bioética, y ciencia y tecnología. Aseguró que estas últimas no son neutrales, “es algo que escuchamos a partir de la filosofía en donde se dice que no es el problema de la tecnología y la ciencia el mal uso que se haga de ellas, sino del ser humano.”

“Es necesario pensar en voz alta, aquellos que creamos ciencia y tecnología somos los seres humanos y quienes la mal usamos somos los seres humanos. Imposible olvidar a Hiroshima y Nagasaki, imposible olvidar Chernóbil. Se dice que entre ocho y nueve países tienen la bomba nuclear, pero seguramente los datos son insuficientes, incorrectos y con noticias falsas.”

Agregó que uno de los principales problemas es el divorcio entre ciencia, tecnología y humanismo. “La ciencia sabe de ciencia, las humanidades saben de las humanidades y los vínculos entre ambos son pobres, escuetos, no hay diálogos profundos y de ahí que el divorcio decante en problemas de no entendimiento.” Explicó que la bioética pretende vincular al ser humano con el ser humano y con la Tierra, con su hábitat, ese es el objetivo principal de esta disciplina. Por ello es necesario tener una bioética neutral y laica.

El también escritor citó las palabras del bioquímico estadounidense Van Rensselaer Potter, quien se refirió a que la humanidad necesita con urgencia una nueva sabiduría que le diga cómo usar el conocimiento para asegurar su supervivencia y mejorar su calidad de vida. Partiendo de la idea de que sabiduría es una guía para la acción.

“Potter propuso el término bioética para enfatizar los dos ingredientes fundamentales: ética y biología, es decir conocimiento biológico y valores humanos, para alcanzar esta nueva sabiduría. Cuando a mí me preguntan qué significa bioética, yo resumo el término utilizando una palabra, supervivencia. La bioética habla de la supervivencia del ser humano, de la supervivencia de la sociedad y de la supervivencia de nuestra casa, la Tierra.”

El miembro del Seminario de Cultura Mexicana hizo énfasis en que el conocimiento debe tener apellidos como justicia, igualdad, distribución de la riqueza y de la salud. “Yo realmente pienso que la ciencia y la tecnología no deben ser neutrales, pienso que deberían declarar hacia dónde van y los fines que se persiguen con las investigaciones.”

“En México, lamentablemente ya quitó el gobierno actual los derechos y el dinero que requieren los científicos. Debería haber prioridades en el conocimiento y en la ciencia y deberíamos pensar que ciencia y tecnología tienen que partir de la equidad.”

La ética de la sustentabilidad y las políticas del desarrollo
Al tomar la palabra, el matemático e integrante de El Colegio Nacional, José Antonio de la peña, pidió escuchar a su esposa Amelia, quien leyó su ponencia La ética de la sustentabilidad y las políticas del desarrollo, en la que aseguró que el cambio climático se ha convertido en la amenaza a largo plazo más grande para las ciudades. “Y esto es porque está relacionado con el agua, la salud la contaminación del aire, la vulnerabilidad por derrumbes, lo cual quiere decir que no podemos empezar a atender ninguno de los problemas principales de la ciudad sin atender la cuestión climática.”

En palabras del científico mexicano, a diferencia de los embotellamientos o la delincuencia, el cambio climático no es algo que la gente percibe fácilmente; sin embargo, es como una tormenta que se aproxima y amenaza a las urbes. Estadísticas muestran que para el 2050, tres cuartas partes de la población mundial serán urbanas y habrá más de 700 millones de refugiados climáticos.

“Para lograr una solución integral los especialistas opinan que es necesaria la promoción de cambios radicales y políticas que tengan en cuenta la degradación del suelo, la alteración del ciclo hidrológico, la pérdida de la biodiversidad y el cambio climático. Es increíble que en el siglo XXI se tenga que convencer a los políticos mexicanos de que la ciencia es importante, útil e imprescindible para el desarrollo real de la nación, como la reciente discusión de los fideicomisos dejó claro.”

En su ponencia, de la Peña aseguró que lo primero que se debe pensar en este país es que se decrete que la ciencia y la tecnología son prioridad nacional. “La llamada ciencia básica tiene que ser respaldada en su totalidad sin importar la disciplina, el tema y por encima de todo, sin siquiera pensar en su utilidad, porque la ciencia básica genera nuevos conocimientos y de ahí deriva su gran importancia. Por tanto, se le debe aumentar el presupuesto tres veces más y sólo debe de importar que sea de buena calidad.”

“En México no existe una política nacional de desarrollo científico, lo que sí existe es un gran rezago en innovación científica y desarrollo tecnológico respecto a lo que en la actualidad se encuentra en países avanzados, este rezago ha generado también un retraso económico y social. La actual pandemia de COVID-19 muestra mucho de estos acontecimientos, tal vez, definirá a las generaciones jóvenes, esperemos que no defina a la humanidad.”

La ética del quehacer científico
Por su parte, el colegiado Pablo Rudomin dictó la conferencia La ética del quehacer científico y en ella definió al concepto de ciencia como un elemento que se ocupa de los aspectos dinámicos, reproducibles de los fenómenos naturales y busca relaciones funcionales entre variables. Su base es la curiosidad y la necesidad de conocer o de entender la naturaleza.

Explicó que el conocimiento puede ser el conjunto organizado de datos e información destinados a resolver un problema específico. Además, permite a los individuos y a la sociedad reaccionar en formas anticipadas a los retos del entorno aumentando con ello sus propias habilidades de supervivencia.

“En relación con la ética, algunos de los criterios que se usan para la selección de los temas específicos parten de las preguntas qué es lo que debemos estudiar, en qué momento y cuándo. Lo primero es la contribución al conocimiento, lo segundo es la utilidad del conocimiento adquirido, lo tercero es la intuición versus la evidencia, lo cuarto es la selección de las variables pertinentes y lo quinto es el valor ético.”

De acuerdo con el neurofisiólogo, la ciencia parte de la base de confianza y de honestidad intelectual. El progreso de la investigación científica depende de la crítica realizada por otros investigadores en el campo y también de opiniones de los distintos sectores sociales.

“Lo que estamos viendo en México es un diálogo de sordos en relación al tema de los fideicomisos, no se escuchó a la sociedad nacional y a la comunidad internacional, y cuando hablamos de ética el no escuchar a los demás, el no considerar las opiniones de los demás es una Irresponsabilidad. Uno de los requisitos para tener buena ciencia y tecnologías es poder comunicarnos con otros y que exista una masa crítica capaz de dar opiniones divergentes.”

Enfatizó en que algunos de los problemas originados por la falta de conocimiento y, sobre todo, por la resistencia a usarlo, por ignorancia, o intereses creados, son el analfabetismo, el racismo y fundamentalismo ideológicos, el terrorismo, la drogadicción, la violencia, el deterioro del medio ambiente, la destrucción de ecosistemas, el calentamiento global, la salud y pobreza extrema, la desnutrición y hambruna, las enfermedades emergentes como el coronavirus y el autismo social como las barreras artificiales entre los países.

“El conocimiento científico y tecnológico aunado a una ética social y biológica responsable puede constituirse en un instrumento idóneo para lidiar con una variedad de problemas sociales y ambientales, la pregunta es ¿tenemos la suficiente inteligencia colectiva para abordar el conocimiento disponible de manera exitosa?.”

La conferencia Ciencia y ética para la sustentabilidad se encuentra disponible en la página de YouTube de El Colegio Nacional: elcolegionacionalmx. 

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