Tibieza inoportuna. Justo cuando los movimientos feministas ganan espacios en el terreno mediático, y cuando las medidas para frenar la violencia de género se han hecho más visibles en los últimos tiempos, la Universidad Veracruzana (UV) se complicó más de la cuenta con un caso en el que la lógica y el sentido común apuntaban a tomar medidas drásticas. Sin saber a ciencia cierta cuáles fueron los motivos por los que no se atrevieron a imponer un fallo ejemplar, ahora enfrentan un movimiento al interior de la institución que podría complicar más la vida académica de esta casa de estudios. Alumnos de diferentes facultades y escuelas han sumado voces y exigen que se castigue con la expulsión a un presunto agresor. A todas luces el castigo luce demasiado benévolo y eso fue lo que encendió los ánimos.