En todas partes, ser Secretario o Ministro de Educación es un oficio de equilibrista: se avanza poco, despacio, en la cuerda floja, sin red de protección y nunca sabes si caminas (De Musset dixit) sobre cenizas o semillas. Por ejemplo, entre 1988 y 1993 hubo 9 ministros en Perú; 6 en Brasil; 5 en Colombia y Venezuela; 4 en Chile, y 3 en Argentina, España y México. Entre 2000 y 2014 hubo 8 en Francia y 12 en Japón. En tiempos más recientes, las cosas no han cambiado mucho: entre 2000 y 2015, el período promedio de duración de un responsable educativo en América Latina y el Caribe fue de 2 años y un mes. Y en 2019, el recién nombrado Ministro de Educación de Brasil duró 98 días. En la región aparecen solo dos excepciones: una ministra en Colombia que duró 8 años y el actual de Bolivia, que lleva 11 años en el cargo.