Carolina Hernández Calvario participó en foro de análisis de propuesta del gobierno enviada al Congreso

La Iniciativa de Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación plantea repensar las ciencias para que puedan dar soluciones prácticas a las necesidades actuales, planteó la doctora Carolina Hernández Calvario, investigadora de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Tal es el el reto de la comunidad científica, pues “el trabajo que debe realizarse todavía es mucho, por eso también es momento de someter a autocrítica los absolutos que durante años han limitado nuestro quehacer en cada una de nuestras disciplinas”.
Al participar en el Foro Iniciativa de Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación: análisis por jóvenes investigadores, para abordar esta propuesta enviada por el gobierno federal al Congreso de la Unión en diciembre pasado, la economista sostuvo que esta autoevaluación permitirá analizar los fenómenos de manera mucho más cercana a la realidad.
Esa tarea, lejos de “hacernos perder rigor lo fortalece, pues demanda como mínimo el uso de categorías a través de las cuales vamos a poder tener lo que se capta, pensar lo que se percibe y ordenar lo que se piensa, algo que debemos ahora deliberar en el interior de la comunidad para después transmitir conocimiento y compartir el intercambio de saberes con otros sectores de la sociedad”, admitió
Por tanto, “el reto que tenemos desde la academia como generación nueva de investigadoras e investigadores consiste en la superación del dogmatismo de la visión dominante de ciencia que hoy impera”, así como plantear la autocrítica a los argumentos que han justificado las relaciones de dominación vigentes, tomando como eje articulador giros epistémicos que cobran cada vez más fuerza al interior de los grupos académicos.
Sobre todo, “en aras de que juntos y juntas planteemos cuál es la función social de nuestro ejercicio, específicamente la de las y los economistas que es con quienes dialogó cotidianamente”, precisó en la Mesa 2: Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías.
La investigadora del Departamento de Economía sostuvo que la ciencia tiene que ser vista como una institución social, es decir, como una forma de producción, acumulación y síntesis del conocimiento generado por el ser humano.
“También tendría que ser un derecho fundamental de la humanidad y debemos asegurarnos de que exista un diálogo fructífero y permanente entre los científicos y la comunidad en su conjunto para alcanzar el propósito de que la ciencia sea vista como un bien común, como se plantea justamente en esta iniciativa”.
Además, debiera proyectarse como un trabajo dirigido a mejorar la calidad de vida de las y los ciudadanos y del medio ambiente, labor que “sin duda implica el involucramiento de las personas en este ámbito, no sólo de quienes tenemos la fortuna de laborar desde los centros de investigación y docencia, sino de la colectividad en su conjunto”.
Hernández Calvario reconoció que habrá que recibir con gusto y mucha responsabilidad el debate y la discusión porque, como se señala en la iniciativa, el derecho humano a la ciencia se ejercerá conforme a los principios de rigor epistemológico, igualdad, no discriminación, inclusión y diálogo de saberes, entre otros.
El doctor Josafat Hernández, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), convino en que la propuesta es muy interesante, en la medida de que parte de un diagnóstico serio, porque se nota en el documento que se hizo una investigación de alto nivel para saber el estado histórico de la ciencia en México.
Esas indagatorias deberían de difuindirse “para que se sepa cómo se formó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), cómo inició el proceso de fortalecimiento de una política de Estado en los años 50 y cómo en la década de los 70 y sobre todo en los 80 del siglo pasado empieza un proceso de mercantilización del conocimiento”.
Esos aspectos son importantes para saber cómo se fueron formando diferentes prácticas indeseables en el contexto de la ciencia en México que llevaron a la mercantilización, “que la gente conozca el papel de los fideicomisos que contribuyeron a reproducir la desigualdad y cómo se fue diseñando el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en el contexto neoliberal, el cual priorizó el productivismo más que su impacto real ante problemáticas reales de la sociedad.
El doctor Walter Arellano, académico de la Facultad de Derecho de la UNAM, reconoció que la propuesta legislativa es resultado de un trabajo coordinado, además de una legislación de carácter general que da pie a la creación del Sistema de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación, que fortalece además las atribuciones del Conacyt y las políticas públicas en esos temas.
El Foro Iniciativa de Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e INNOVACIÓN: análisis por jóvenes fue convocado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
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