
Todo un embrollo. Como ocurrió en la Universidad Autonóma del Estado de Hidalgo (UAEH), los grupos políticos al interior rompieron el equilibrio en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) y comenzaron un enfrentamiento que lleva varias semanas. Sin cuartel, y cada vez subiendo cada vez más de tono, la lucha por el poder en esta institución apenas comienza. La sucesión de rector, que oficialmente aún no inicia, debido a la contingencia sanitaria, como lo acordó la autoridad universitaria, se volvió un pretexto idóneo para luchar por el control de la UABJO, y más cuando el proceso electoral del año próximo empata con este escenario que se ha enrarecido mucho en los últimos días. Y podríamos decir que aún es el inicio.
Grupos fuertes de frente. Al igual que en otros casos similares, la pugna por la rectoría de la UABJO es parte de las disputas en las que se enfrascan las fuerzas políticas locales. Ahora, con el proceso electoral en puerta, grupos ligados a Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a través de algunos actores universitarios intercambian consignas y acusaciones para no perder ese bastión de poder que representa la institución oaxaqueña. Así debe entenderse la petición del Sindicato de Trabajadores Universitarios (STAUO) de solicitar la intervención de la Secretaría de la Función Pública (SFP) y la Unidad de Inteligencia Financiera de la Fiscalía General de la República (FGR) para investigar el desvío de recursos por al menos 500 millones de pesos. De estas vamos a escuchar varias en los días por venir.
Respaldo a tiempo. Por lo pronto, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) respaldó la defensa de la legalidad y la autonomía, ante la posibilidad, cada vez más fuerte, de imponer, desde el gobierno del estado, al notario público Gilberto Gamboa Medina, actual subsecretario de la Secretaría de Administración de la administración estatal, quien desde 2003 ha estado ligado al PRI y se ha desempeñado en el escenario político, sin cumplir con los lineamientos estipulados por el propio reglamento universitario. La UABJO debe ejercer su derecho a elegir de la mejor manera a sus autoridades. De nuevo la injerencia de políticos locales pone en riesgo esta facultad que tanto les ha costado a las universidades públicas estatales del país.
El contraste. Y mientras en la UABJO la clase política no da cuenta aún del valor que debe tener la institución en el estado, en Colima, el Congreso del estado rindió un reconocimiento a la Universidad de Colima (UCol) por el 80 aniversario de su fundación. Con la participación del rector José Eduardo Hernández Nava, el acto fue un gesto que debiera ser adoptado y secundado en cada uno de los estados. Sobre todo, cuando las universidades públicas del país enfrentan un escenario muy difícil, no solo financieramente hablando, sino en términos de la viabilidad y pertinencia que tiene este modelo educativo frente a cambios políticos demasiado evidentes. Más que injerencias y posturas en contra del quehacer académico de las instituciones, las fuerzas políticas debieran entender que está en juego mucho más que una disputa electoral. Se trata de un proyecto de país que no debe hacer a un lado ni minimizar el valor que tiene la educación superior.
En Querétaro también hace aire. En la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), la torpeza política y la insensibilidad de muchos de sus propios actores puede dar al traste con otra institución. La llamada de alerta ya fue hecha por la actual rectora, Teresa García Gasca, y quien aspira a comandar los destinos de la UAQ para un segundo periodo. Asegura que hay intereses políticos dentro del proceso de elección. Y no es para menos. Desde sectores ligados al partido en el poder pretenden opacar el trabajo hecho por la rectora, bajo el argumento de ligarla con el Partido Acción Nacional (PAN). Obvio, su papel combativo y crítico hacia las políticas gubernamentales no cae muy bien en esos sectores y quieren eliminar una voz que cuestione y encare.
No es en balde. Quitar a Gasca García de la competencia es hacerse de un espacio de poder que puede incidir directamente en las elecciones del año próximo, y más cuando es una entidad en la que MORENA no cuenta con el respaldo ciudadano suficiente para ganar la gubernatura. Y no hace falta pensar mucho cuál es el candidato que se acomoda más a sus ideologías y políticas. Una de esas aspirantes es directora de la Facultad de Medicina de la UAQ y se llama, Guadalupe Zaldívar Lelo de Larrea. Por ahí va la apuesta de estos grupos que quieren apoderarse de la institución queretana que ha logrado objetivos importantes bajo el mando de la actual rectora. La comunidad universitaria debe entender, ya, que esta es la opción que mejor les garantiza una vida académica alejada de los vaivenes políticos.