Aunque idealmente ambos roles deberían combinarse, tanto en beneficio de quien ocupa la posición de mando, como el resto de colaboradores y de la organización, un jefe no siempre es un líder
Comúnmente, conocemos como jefe a la persona que tiene la autoridad para mandar. Al pensar en esta figura, se le asocia con actividades de control, ejecución y comando, y con
se le asocia con actividades de control, ejecución y comando, y con capacidades de resolución de problemas, seguimiento y corrección de sus subordinados.
Aunque idealmente ambos roles deberían combinarse, tanto en beneficio de quien ocupa la posición de mando, como del resto de colaboradores y de la organización, un jefe no siempre es un líder.
“Los líderes tienen características diferentes, ven el panorama desde otro ángulo, la dirección y la razón de existencia son primordiales en ellos para dirigir el equipo de trabajo, la conexión humana es esencial para lograr los objetivos y definir el rumbo, para alentar a su personal y habilitarlo para desarrollar sus actividades diarias”, señaló el Lic. Raúl Rodríguez López, instructor del curso en Liderazgo Gerencial que ofrece el área de Educación Continua de Cetys Universidad Campus Mexicali.
Todo líder, dijo, se caracteriza por establecer relaciones basadas en la comunicación, la empatía y el servicio a su personal, motivándolo ante los retos en lugar de presentarlos sólo como tareas a ejecutar. Un buen liderazgo se identifica cuando existen los siguientes elementos:
1. Visión: Es capaz de establecer el rumbo hacia donde la organización debe ir.
2. Comunicación y empatía: Mantiene comunicación constante y alinea al personal hacia los objetivos importantes de la organización.
3. Motivación e inspiración: Fomenta la autoconfianza en sus colaboradores mediante el conocimiento y una buena relación, multiplicando su capacidad de ejecutar las actividades y resolver problemas, desarrollando el talento e inspirando la superación.
“El recurso más importante de cualquier empresa es el potencial humano que tiene y su capacidad de transformación a través del mismo. Entre más capacidad para desarrollar el talento humano, para que éste se automotive y desarrolle sus capacidades de autodirección para alcanzar las metas sin perder el rumbo de la organización, sabremos que estamos frente a un líder, mientras que el jefe típicamente se enfoca en la ejecución de las tareas utilizando y administrando los recursos, logrando los mismos con la gente, pero no necesariamente a través de la gente, por lo que la motivación a mediano y largo plazo puede carecer de efectividad sostenible”, señaló el instructor.
Dado que todas las organizaciones requieren garantizar su sostenibilidad a mediano y largo plazo, y que esta capacidad de subsistencia depende en gran parte de que el personal haga suyas las actividades y los objetivos de la organización, y hallar en ellos el sentido de su vida profesional y personal para mantener el espíritu colaborativo, las empresas y sus directivos deberían ocuparse de desarrollar liderazgos sólidos y eficientes.
“Es importante mencionar que estas habilidades no son excluyentes, es necesario gestar y tener liderazgo en todas las organizaciones para que estas tengan éxito; sin embargo, es el liderazgo el que sostendrá a la organización a través del tiempo”, concluyó el especialista.
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